MARIOLOGÍA
Mamita María y la Santísima Trinidad
Este tema de gran actualidad, por estar en los albores del inicio de un nuevo milenio, nos presenta la oportunidad de conocer con más profundidad la relación que existe entre María Santísima y el misterio central de nuestra fe que es el de Dios Trino, entre aquella por quien nos vino la redención y de el creador de todo el universo. El Nuevo Milenio nos presenta la oportunidad de fortalecer la gracia de la conversión y replantear nuestra vida dentro de una perspectiva más evangélica, y para ello no hay nada mejor que proponernos el modelo que la misma Trinidad pensó desde toda la eternidad; María Santísima. Sin embargo el estudio y reflexión del misterio que envuelve a María y la Santísima Trinidad es tan complejo y maravilloso que se puede contemplar desde diferentes ópticas. En nuestras futuras reflexiones propondremos para nuestra contemplación algunos de los elementos que dan luz a este misterio y que seguramente nos ayudarán no solo a conocer y amar más a María Santísima, sino que viendo su relación y participación en el misterio Trinitario, seguramente nos sentiremos invitados a imitarla y a buscar vivir como ella un relación, íntima, profunda y personas con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Una de las grandes diferencias entre nuestro concepto de historia y el del mundo pagano es que a diferencia de que ellos la consideran circular, es decir que todo se vuelve a repetir, nosotros, gracias a la revelación, consideramos que la historia es lineal. Es decir que tuvo su principio en la creación del mundo y que esta llegará un día a su final. Es en este proceso lineal de la historia, en donde Dios va realizando la salvación de la humanidad. Este proyecto llega a su culmen, cuando al llegar la plenitud de los tiempos Dios envió, por medio del Espíritu Santo, a su Único Hijo, para que todo el que crean en él tenga vida y la tenga en abundancia (cf. Gal 4,4; Jn 3,10; 10,10). En este proyecto salvífico y precisamente en el momento culminante de la Historia en donde María Santísima encuentra su puesto, ya que es por su medio como la Santísima Trinidad pone en acto el proyecto que culminará con nuestra vida en el cielo, siendo por ella que se encarna el Verbo. De esta manera María se convierte en el punto de intersección entre la línea vertical divina y la línea horizontal de nuestra historia. En otras palabras María es el nodo que enlaza de manera definitiva la historia humana con la Santísima Trinidad, de ahí su relación única con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Para seguir el orden lógico expuesto principalmente por el Concilio Vaticano II en el capitulo VIII la Lumen Gentium, es necesario hablar primero de la relación que tiene María Santísima con El Verbo, ya que es por medio de la Encarnación como queda unida e integrada totalmente al misterio no solo de la salvación sino de la Santísima Trinidad. Por medio de la Encarnación del Verbo, misterio y milagro que escapa totalmente a nuestra comprensión, el Verbo, espiritual y eterno con el Padre, comienza a ser una realidad corpórea y humana gracias a la cooperación gratuita y amorosa de María. En palabras de san Agustín diríamos, que el Verbo sin dejar de ser lo que era (Dios eterno con el Padre y el Espíritu Santo) comenzó a ser lo que no era (humano, igual en todo a nosotros, excepto en el pecado). Si alargamos un poco nuestra contemplación hasta el momento preciso de la encarnación podríamos gozarnos interiormente en este misterio por el cual el Eterno comienza a vivir y a crecer en el seno de María Santísima. Si todos los hombres, por el hecho de nuestra gestación quedamos unidos de manera inexplicable a nuestras madres, podemos en esta contemplación imaginar la unidad y trascendencia de la unión entre María y el Hijo de Dios que tomaba carne en su propia carne. El Vinculo entre María y el Verbo de Dios no es entonces únicamente corporal o espiritual, sino trascendente, de manera que si ella ya vivía y era una realidad en Dios, ahora Dios empieza a ser de manera sustancial, una realidad en ella. Este es uno de los misterios que fundamentan la fe cristiana, por eso es que ya desde los primeros credos la Iglesia proclamará la Encarnación del Verbo con las palabras: - Natus Ex María Virgine – Nacido de la Virgen María. Uno de los temas que se discutirán desde los primeros siglos es precisamente la relación que existe entre María y Jesús. Para algunos, María será simplemente la madre del “hombre” Jesús, por lo que la identificarán como la “Cristo-tokos”, es decir la madre de Cristo. La Iglesia, se opondrá tenazmente a esta herejía, que dividirá la Iglesia por espacio de casi 6 siglos, y en el Concilio de Efeso en 431, en consenso con todos los padres de la Iglesia, será proclamada como la “Teotokos”, es decir como la Verdadera Madre de Dios, de acuerdo a la humanidad del Verbo. Como vemos, esta relación íntima de María con la encarnación del Verbo es el punto de partida para la validación de la humanidad de Cristo, ya que si Jesús no fue engendrado como todo un humando en el seno de María, entonces no es hombre como nosotros, y si no es hombre como nosotros no puede morir, y si no puede morir, entonces, como dice san Pablo, no pudo realizar la salvación y aun vivimos en pecado. Por ello, como ya decíamos, la unidad que existe entre María y Jesús no es simplemente material, sino incluso teológica ya que María es el punto de referencia para proclamar que Jesús es verdadero hombre. Otro de los elementos fundamentales de la relación del Verbo con María Santísima es que ella, por la concepción virginal, es también el punto de referencia para afirmar que Jesús es verdaderamente el Verbo de Dios consustancial al Padre. Solo si la concepción de Jesús fue por obra del Espíritu Santo podemos afirmar que el Verbo se encarnó, y que sin dejar de ser lo que era, empezó a ser lo que no era. La Perpetua Virginidad de María Santísima es la prueba irrefutable de que Jesús no solo es hombre como nosotros, sino que siempre ha sido Dios con el Padre y el Espíritu Santo. En el momento de la concepción del Verbo, producto de la generosidad y de la fe total de María, la humanidad queda vinculada para siempre con la eternidad de Dios, pues ahora el Dios creador, espiritual y eterno, empieza a ser parte de nuestra humanidad; es por el “si”, lleno de amor de María, como entra en acto el último momento del proyecto salvífico de Dios, el cual alcanzará la plenitud en el evento pascual de Cristo, por su muerte y resurrección. María se convierte así en la Madre de Dios, no conforme a su eternidad, sino conforme a su humanidad y dado que la humanidad de Cristo, después de la resurrección se convierte en el Primogénito de la humanidad resucitada, la maternidad de María no resta en el tiempo, sino que se hace trascendente, pues aun durante su vida terrena después de la resurrección de Cristo, el vínculo de la maternidad del Verbo de Dios, la mantenía unida de manera trascendente con él, el cual vive eternamente a la derecha del Padre. Como ya hemos dicho es partir de la encarnación como María queda unida por la maternidad a la segunda persona de la Trinidad. Esta unión maternal se prolonga, se acrecienta, madura y se transforma a lo largo de los años en los cuales fue, como todas las madre hebreas, la maestra de Jesús. Ella lo alimentó con su pecho, lo abrazó, y le dio el amor que todo humano necesita de sus madre y que hace del hijo como una prolongación del mismo ser de la madre. En Jesús, Maria podía ver sus mismas facciones, su misma sonrisa, su misma dulzura. Sin embargo, Dios, en su infinito misterio quiso asociar no solamente a María con su hijo en la maternidad sino en la obra redentora, por lo que, como nos lo muestran las Sagradas Escritura, María aparece en los momentos más importantes de la vida de Jesús en donde ella no tiene solamente un papel pasivo sino activo. Y así la vemos, después del nacimiento, en la presentación del Niño al Tempo, momento en el que los israelitas consagran a su primogénito para que sea propiedad exclusiva de Dios. En ese momento, María no solo acompaña a José, sino que al salir del Templo le anuncian que su misión será la de acompañar a Jesús en su obra redentora hasta la misma cruz. Posteriormente la vemos de nuevo en el Templo cuando Jesús a los 12 años empieza a ser “ciudadano” judío y permanece en el templo, mostrando a todos la sabiduría divina y si identidad de Hijo de Dios. Es a partir de ese momento que la maternidad de María se irá transformando de biológica en trascendente. El proyecto de Dios para María va siempre más allá de lo que nuestras pobres mentes pueden entender. La relación que existe con Jesús llega a su culmen en dos momentos fundamentales de la vida de Cristo: las Bodas de Canán y la Crucifixión. Sabemos bien que todo nos viene de Dios y que todo lo que Dios nos da es para nuestro beneficio, sobre todo espiritual, sin embargo, debido a la relación materna y amorosa que existe entre Jesús y María, ésta es capaz de influir PODEROSAMENTE en el proyecto de Dios. Este es un misterio que no podemos entender pero que podemos comprobar en nuestras suplicas hechas a Dios a través de su madre y que quedaran patentes el las bodas de Canán. Por otro lado este evento, al inicio de la vida publica de Jesús, nos presenta a María como la nueva Eva, la mujer asociada al proyecto creador de Dios en la nueva economía de la salvación. En el pasaje narrado por san Juan, vemos como al terminar el relato, los dos son unidos teológicamente por el autor para ayudarnos a comprender hasta donde Dios tiene a María como el nudo que abraza el cielo con la tierra.
Uno de los momentos de mayor unión entre el hijo y la madre es precisamente el momento del sufrimiento, pues por esa unidad trascendente que se crea desde el seno materno, la madre es capaz de sentir y de alguna manera vivir con el hijo el momento de sufrimiento. Si esto lo podemos decir de manera ordinaria respecto a todas las madres del mundo, podemos considerar lo que ocurría en la crucifixión de Jesús. El evangelista san Juan nos dice que María estaba ahí presente, a su lado, sufriendo con él, ofreciéndose con él al Padre, animando a su hijo a culminar la obra que Dios le había pedido; Estaba de pie, como el sacerdote cuando ofrece la victima; estaba de pie diciéndole como Job: “tú me lo diste, tú me lo pediste, bendito seas Señor”. Esta unión entre el Hijo y la madre no era solo en María sino en el mismo Jesús; san Juan nos dice que Jesús vió a su madre. Con estas palabras el autor del 4º evangelio nos invita a contemplar la mirada de Jesús a María, mirada de amor, pero a la vez una profunda mirada de consuelo, como quien dijera, “no llores, estaré bien”. Dos almas y dos cuerpos, pero un solo corazón. La espada profetizada hacia 33 años hería el corazón de María, para que el sacrificio realizado por Jesús, fuera acompañado también del corazón de su Madre, de aquella que unida por la Trinidad a la obra redentora, moría de amor y de dolor, para así ser la primera, como dirá más adelante san Pablo, en completar en ella lo que faltó a la pasión de Cristo. Quedó de esta manera sellada para siempre la relación de María con la Santísima Trinidad, relación única e irrepetible. Cuando seguimos de cerca al vida, la actuación y el papel de María en la Historia de la Salvación nos encontramos que ella es, si lo podemos llamar a si, el marco que encuadra el proyecto salvador de Dios y que conocemos como “Misterio Pascual” y que se refiere no solo a la muerte y resurrección de Cristo, sino incluso al envío del Espíritu Santo, con lo cual queda concluido el proyecto. De manera que podemos decir que el proyecto salvífico se realiza entre la concepción del Verbo y la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, y es precisamente en estas dos escenas o momentos de la historia en donde María juega un papel fundamental. En el primero momento contemplamos a María, que es presentada por san Lucas como la llena de gracia, es decir la rebosante del Espíritu de Dios. En esta primera escena que se lleva acabo en “la plenitud de los tiempos”, María no solo es visitada y habitada por el Espíritu sino que es fecundada por él. Lo más asombroso y único es que esta fecundidad no es de tipo intelectual o espiritual, sino que es una fecundidad física que hace que el Hijo de Dios, el Verbo Divino, la Segunda Persona de la Trinidad se encarne y tome un cuerpo humano. Por ello, y con mucha razón, ha sido considerado el Espíritu, como el Esposo de María Santísima, ya que es por su medio y acción que se realiza la concepción virginal de Jesús en el Seno de María. El segundo momento culminante del proyecto salvífico de Dios se realiza en Pentecostés en donde de nuevo María tendrá también un papel fundamental. Ella, la Llena de Gracia, como lo han admitido los Padres de la Iglesia y la mayoría de los teólogos, llamaba con su oración al Esposo divino, quien siempre atento a la voz de su Esposa, la siempre Virgen María, viene y como en Canán, llena con el “Vino Nuevo” todos los corazones de los ahí reunidos. En muchos iconos podemos ver ilustrada esta idea, pues el autor, seguramente inspirado por Dios, presenta a María orando al centro de la Iglesia naciente formada por los apóstoles y los discípulos que oran junto con ella, y se aprecia sobre ella el fuego del espíritu que desciende sobre ella, y desde ella se reparten las lenguas de fuego a todos los presentes. Desde entonces la Iglesia reconoce que la continua intercesión de la Llena de Gracia, mantiene vivo el fuego del espíritu en los corazones de los que como ella, oran y buscan con todo su corazón hacer la voluntad de Dios. Y esto no quiere decir que es de ella de donde procede el Espíritu, sino que por la relación tan íntima que existe entre ella y la tercera persona de la Trinidad, que hace posible no la creación o la donación del Espíritu, sino la vitalización de la efusión original del bautismo. Pero también, es creencia de la Iglesia que es por la intercesión de María que el fuego del Espíritu, el Buen Vino, continua derramándose y esparciéndose por todo el mundo. María, la primera Evangelizadora, la que llevó por primera vez la noticia de la salvación y el Espíritu a su prima Isabel, continua por su intercesión esa realizando esa obra misionera dentro de la Iglesia. De manera que hablar de misiones, Espíritu y María, es hablar del mismo proyecto en la construcción del Reino. Es tal la relación que existe entre el Espíritu Santo y María Santísima que a lo largo de la historia, y en la misma teología, se han visto en María muchas de las funciones que en el estricto sentido de la palabra corresponderían al Espíritu. Sin embargo por esta reilación esponsal que hay entre ellos, la Iglesia nunca ha dudado, que aunque la acción le sea propia al Espíritu, no tiene empacho en atribuírsela a la Santísima Virgen María. Esta entre otras, esta es la base de la poderosa intercesión de María. Cuando nosotros pedimos algo a través de María y recibimos la gracia, de manera habitual decimos que nos la concedió la Virgen. Esto como decíamos, en un sentido estricto sería un error pues todo viene de Dios, sin embargo no podemos negar que en una relación esponsal, en la cual se comparte no solo los vienes sino el ser de la persona, lo que hace una pude ser aplicado aunque sea de manera indirecta a la otra. Pues este es el caso entre María y el Espíritu, por ello aunque la gracia recibida ha sido concedida por Dios mismo, no existe contradicción en aceptar que fue recibida por María. Esto tampoco quiere decir que María sea un puente entre Dios y los hombres, lo cual es erróneo pues sabemos que tenemos un solo mediador que es Cristo. Esto solo significa que María es en Dios y Dios es en ella, en una relación que sobrepasa nuestro entendimiento, lo cual no hace sino confirmarnos cuan íntimos son el misterio de Dios y de María.
De acuerdo a la teología, el Espíritu es conocido por su actuar, de manera que viendo su acción en María Santísima, en quien actúo de manera eminente, podremos conocer más sobre la Tercera Persona de la Trinidad. Jesús, cuando se refirió al Espíritu Santo en la sinagoga de Cafarnaúm lo presentó como el “Espíritu Septiforme”, es decir el Espíritu que se manifiesta de 7 maneras para enriquecer la vida del hombre, y es a lo que hoy llamamos los “dones del Espíritu Santo”. Debido a que María desde su nacimiento fue llena de gracia, esto supone la plenitud del Espíritu en ella por lo que la manifestación de estos dones son evidentes y la enriquecieron y adornaron no únicamente para ser la madre del Mesías sino para mostrar al mundo lo que Dios puede hacer en el hombre, si como María, es dócil a su gracia. Serían muchos los pasajes en donde se manifestaron con gran esplendor estos reg alos de Dios, por lo que sólo presentaremos algunos en donde son más evidentes, sin que eso quiera decir que el don mencionado es le único que se manifestó, sino que no sirve solo de ejemplo. Así tenemos que el don de Sabiduría, que nos lleva a conocer las cosas de Dios y su voluntad es evidente en el “si” de aceptación incondicional que le dio María al ángel en el momento de la Anunciación. El don de Inteligencia, que nos ayuda a penetrar los misterios y la intimidad de Dios (iluminación divina) lo podemos apreciar en la paz que mantuvo María cuando José al no entender el proyecto de Dios realizado en la Anunciación, había decidió separarse de su Esposa. María, iluminada interiormente sabe que lo que está viviendo es parte de un proyecto de amor, por lo que con gran paz espera a que Dios actué. El don de Consejo, que le permite al hombre hablar en Nombre de Dios (de manera habitual identificado con la misión de anunciar el evangelio) se presenta con fuerza en la visita de María a su Prima santa Isabel, en donde proclama abiertamente la salvación a su prima (es evidente también en las bodas de Canana en donde dice: hagan lo que él les diga). Los Dones del Espíritu no únicamente enriquecen nuestra vida, sino que son le medio por el cual se pude alcanzar al santidad y con ello la plenitud de nuestra. Es por ello que cuando vemos a María vemos, el modelo acabado de santidad, pues en nadie ha obrado tan plenamente la gracia. María, por medio del don de Ciencia, que nos posibilita el entender y ver las cosas del mundo como son en realidad y no como nuestros sentido nos las presenta, valora mucho más el hecho de estar con su Esposo que el tener que dar a luz en una cueva. Para ella lo importante está más allá de sus sentidos. Aunque no tenemos muchos testimonios sobre su oración personal, podemos ver el desarrollo del don de Piedad reflejado en su Canto de alabanza a Dios. El Magnificat refleja la profundidad de su corazón y el ardor de su oración. El don de Fortaleza que nos capacita para aun en medio de nuestros sufrimientos y dificultades, dar testimonio de fidelidad a Dios, se ve patente en ella desde la Anunciación hasta el calvario. Nadie como ella sufrió, nadie como ello manifestó fidelidad a Dios como ella, pues en nadie como ella actuó el Espíritu de Fortaleza como en ella. Finalmente, el don de Temor de Dios, que nos ayuda y posibilita para amar a Dios por sobre todas las cosas hasta el extremo de llegar a sentir tristeza de ofenderlo, se muestra con esplendor en la vida de María, que prefiere perder lo que más ama en este mundo (a José), incluso hasta la propia vida con tal de agradar y de serle fiel al Señor. Su fe en medio de la más densas oscuridad es prueba patente de su inmenso amor a Dios, es la manifestación más clara de su ser “llena de gracia”. Por ello en María, su Divino Esposo se recreo perfeccionándola no solo para que fuera modelo de toda la Iglesia y de la humanidad redimida, sino para el mismo gozares en la perfección que el mismo había creado y la docilidad y respuesta a su eterno amor que María siempre le brindo. Finalmente trataremos de abordar en nuestra meditación el misterio inefable que envuelve el misterio de María y del Padre. Sabemos, ya de antemano, que no serán suficientes nuestra meditación para sondear un misterio tan sublime y profundo, por ello queremos, como lo hemos venido haciendo, proponer solamente algunas de las ideas teológicas y espirituales que pueden llevarnos, en nuestra meditación personal, a introducirnos en las profundidades del misterio de María en su relación con el Dios Trino. De acuerdo a al teología tradicional, María puede relacionarse desde dos perspectivas con el Padre: por un lado tendríamos su relación filial de hija, la cual le vine por la adopción realizada por la acción salvífica de Cristo; la segunda como producto de compartir la filiación con la segunda persona de la Trinidad. La primera contemplación nos presenta a María Santísima como nuestra hermana, es decir hija del mismo Padre, sin embargo el Concilio Vaticano II ha tenido cuidado de llamarla “Hija Predilecta”, ya que si la filiación divina nos viene por la acción del Espíritu, que es quien nos injerta en Dios, nadie ha estado tan llena de Gracia como María, quien ya al momento de la Anunciación es saludada por el ángel como “la llena de gracia”. Esto ha sido visto, no solo como uno de los signos eminentes de la Inmaculada Concepción, sino incluso de esta predilección. Podemos decir que si nosotros, como nos dice san Pablo llamamos “Abba” al Padre celeste, y lo podemos hacer con amor filia, nadie sobre esta tierra lo pude amar con más intensidad, (salvando todo cuanto se refiere a la filiación divina del Hijo con el Padre), que la Santísima Virgen María. Si algo agrada al padre es la “Obediencia” y por ello, ya desde los Santos Padres, María ha sido llamada la Nueva Eva, ya que mientras en el Paraíso, por la desobediencia de una mujer (Eva), la humanidad fue sometida a la muerte, por la obediencia de otra mujer (María), Dios nos ha dado la gracia y la redención. De manera que María se relaciona de una manera íntima con el Padre, de la misma manera que lo hace Jesús por su obediencia incondicional y total a su voluntad. Por ello, su relación e intimidad con el Padre se fuedesarrollando hasta alcanzar el grado máximo de amor y fidelidad cuando, unida con Jesús en la Cruz, pronunciará en su corazón su último “fiat”, su último: “Hágase como tú dices y no como a mi me gustaría... hágase, según tu voluntad”. La actitud de María delante del Padre nos muestra que la oración del Padrenuestro solo tiene sentido si nosotros estamos también como ella dispuestos a hacer la voluntad de Dios, pues es precisamente en ella en donde crece nuestra relación de amor con el Padre. La relación de María Santísima no se limita, como en todos nosotros en el hecho de ser hija de Dios, sino que comparte, como dice el p. Pikaza la generación de Jesucristo, pues con el mismo sentido y propiedad que Dios llama a Jesús “Hijo mío”, lo hace María Santísima. Jesús siendo verdadero Dios y verdadero hombre participa su filiación tanto con María como su Padre Eterno. Dios, establece así con María una relación de confianza infinita, pues siendo el “generador” del Verbo, confía totalmente la generación humana de Jesús no solo al seno de María, que como insinúa Jesús, podría haber sido cualquier seno, sino al amor perfecto y trascendente de la que en vías a su maternidad fue preservada del pecado y llena de gracia desde el primer momento de su existencia. Esta relación de confianza, ha hecho que su intercesión sea grande no solo ante su Hijo, sino ante el mismo Padre. Esto es posible si recordamos que Jesús había ya dicho que todo lo que se pidiera en su nombre lo obtendríamos. Si unimos esto a lo que acabamos de decir, que solo María se puede referir al Padre por medio del Hijo de una manera única, pues es la única que le pude decir al Padre: Te lo pido en nombre de NUESTRO Hijo, refiriéndose precisamente a Jesucristo. Sabemos que en el orden natural, los hijos nos parecemos a nuestros padres. Esto ocurre, o al menos debería de ocurrir, también en nuestra vida espiritual. Por ello Jesús decía a sus discípulos: “Sean perfectos como su Padre celestial es perfecto”. En esta perfección, María se relaciona de una manera especial con el Padre del cielo, pues su ser “Llena de gracia” hace de ella un arquetipo de la semejanza con el Padre (hasta donde humanamente es posible). Podríamos decir que de la misma manera que viendo al hijo reconocemos los rasgos del padre, de igual manera, viendo a María podemos reconocer en ella de manera “eminente” esta semejanza. Esta semejanza hace por otro lado, que el hijo busque, no solo identificarse con su físico (lo cual es imposible en Dios), sino con sus metas y objetivos. Es así que María en esta identificación con “su” Padre, busque en todo momento, no únicamente hacer su voluntad, sino contribuir con todo su ser al desarrollo del proyecto del Padre, que es la salvación del mundo. Su “sí” generoso al anuncio del ángel, el acompañamiento a Jesús hasta la misma cruz y el estar en Pentecostés con los apóstoles para provocar con su intercesión que la “hora” se llegará, hace de ella, el modelo de los hijos, que sabiéndose identificados con el proyecto del Padre, ponen toda su vida hasta ver realizada la obra. Terminamos esta presentación rápida, sintética y en muchos casos apenas esbozada, conscientes de toda su limitación y con la impresión de habernos asomado apenas a un espacio misterioso, fascinante y oscuro, luminoso y tremendo que produce la impresión cercana de lo divino. Dios ha querido unir a María, por medio del misterio de la “Maternidad Divina” a su propio misterio, creando como hemos visto, relaciones tan particulares con cada una de las personas divinas, que hacen de María un misterio del cual apenas, después de 2000 años de reflexión, parecería que nos hemos acercado a la playa de este insondable mar. Si queremos seguir adelante, en el profundizar y descubrir quien es María, para Dios y para nosotros, tendremos que continuar el camino de san Pedro, quien perplejo ante la p reg unta de Jesús ¿quién dicen ustedes que soy yo?, se deja inundar por la gracia para responder: “Tu eres el Mesías, el hijo de Dios vivo”. Sabiendo que la dilucidación de este misterio no puede venir, sino como lo dijo Jesús, por la revelación que el Padre le ha hecho, al iniciar el nuevo milenio debemos levantar nuestros corazones en oración y contemplación, para que El que la creó, la llenó de dones, la predestinó para ser la madre de su Hijo y finalmente la llevó a vivir con él por toda la eternidad, nos revele, en lo más íntimo de nuestro corazón, quién es María.Como María, todo por Jesús y para Jesús.
DOAGMAS A CERCA DE NUETRA MADRE LA VIRGEN MARIA
1. ¿CUÁLES SON LOS DOGMAS QUE LA IGLESIA ENSEÑA ACERCA DE LA VIRGEN?
2. ¿DEBEMOS CREER ESTOS DOGMAS DE FE?
3. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA MATERNIDAD DIVINA?
4. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCION?
5. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA PERPETUA VIRGINIDAD?
6. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA ASUNCIÓN A LOS CIELOS?
7. ¿ADEMÁS DE ESTOS PRIVILEGIOS, QUE TÍTULOS TIENE NUESTRA SEÑORA?
8. ¿CUÁLES SON LAS RELACIONES QUE EXISTEN ENTRE LA VIRGEN Y LA SANTÍSIMA TRINIDAD?
CULTO A LA VIRGEN
1. ¿DEBEMOS DAR CULTO A LA VIRGEN?
2. ¿RENDIMOS EL MISMO CULTO A DIOS QUE A LA VIRGEN?
3. ¿POR QUÉ LLAMAMOS MEDIANERA A LA VIRGEN?
4. ¿ES NECESARIA LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN?
5. ¿QUÉ CARACTERÍSTICAS HA DE TENER NUESTRA DEVOCIÓN A LA VIRGEN?
6. ¿CÓMO PODEMOS IMITARLA?
7. ¿DE QUÉ MANERA PODEMOS DIRIGIRNOS A LA SANTISIMA VIRGEN?
8. ¿QUÉ ES EL SANTO ROSARIO?
9. ¿POR QUÉ SE LLAMA ROSARIO A ESTAS ORACIONES?
10. ¿CUÁL ES EL MES DEDICADO A LA VIRGEN DE UN MODO ESPECIAL?
11. ¿CUÁL ES EL DÍA DE LA SEMANA TRADICIONALMENTE DEDICADO A LA VIRGEN?
12. ¿HEMOS DE PROPAGAR LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN?
13. ¿QUÉ DICE EL CONCILIO VATICANO II ACERCA DE LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN?
1. ¿CUÁLES SON LOS DOGMAS QUE LA IGLESIA ENSEÑA ACERCA DE LA VIRGEN?
La Iglesia enseña los siguientes dogmas acerca de la Virgen:
LA MATERNIDAD DIVINA
LA INMACULADA CONCEPCION
LA PERPETUA VIRGINIDAD
LA ASUNCION A LOS CIELOS
2. ¿DEBEMOS CREER ESTOS DOGMAS DE FE?
Si, debemos creerlos plenamente. Si alguno se atreviera a negarlos o dudar de ellos conscientemente, cometería un pecado mortal.
3. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA MATERNIDAD DIVINA?
El dogma de la MATERNIDAD DIVINA consiste en que la Virgen María es verdadera Madre de Dios, por haber engendrado por obra del Espíritu Santo y dado a la luz a Jesucristo, no en cuanto a su Naturaleza Divina, sino en cuanto a la Naturaleza humana que había asumido. La Iglesia afirma este Dogma desde siempre, y lo definió solemnemente en el Concilio de Efeso (siglo V). El Concilio Vaticano II menciona esta verdad con las siguientes palabras:
"Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades" (Const. Dogmática Lumen Gentium, Num 66).
4. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCION?
El Dogma de la INMACULADA CONCEPCION consiste en que la Virgen fue preservada inmune de la mancha del pecado original desde el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del genero humano. Esta verdad fue proclamada como Dogma de Fe por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus.
5. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA PERPETUA VIRGINIDAD?
El Dogma de la PERPETUA VIRGINIDAD consiste en que la Madre de Dios conservó plena y perdurablemente su Virginidad. Es decir, fue Virgen antes del parto, en el parto y perpetuamente, después del parto. La Iglesia afirma este Dogma desde el Credo compuesto por los Apóstoles. El Concilio Vaticano II dice:
"Ella es aquella Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo, que se llamará Emmanuel" (Const. Dogmática Lumen Gentium, n 55).
6. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA ASUNCIÓN A LOS CIELOS?
El Dogma de la ASUNCION A LOS CIELOS consiste en que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen, cumplido el curso de su vida terrena fue subida en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus.
7. ¿ADEMÁS DE ESTOS PRIVILEGIOS, QUE TÍTULOS TIENE NUESTRA SEÑORA?
Nuestra Señora tiene los siguientes títulos: Madre de los hombres, Madre de la Iglesia, Abogada Nuestra, Corredentora, Medianera de todas las gracias, Reina y Señora de todo lo creado, y todas las alabanzas que contiene el Rosario.
8. ¿CUÁLES SON LAS RELACIONES QUE EXISTEN ENTRE LA VIRGEN Y LA SANTÍSIMA TRINIDAD?
La Virgen tiene una relación especialísima con la Santísima Trinidad porque:
es Hija de Dios Padre, ya que fue creada por Dios.
es Madre de Dios Hijo, pues es la Madre de Jesucristo.
es Esposa de Dios Espíritu Santo, pues el Espíritu Santo formó el cuerpo de Jesús en las entrañas purísimas de la Virgen.
CULTO A LA VIRGEN
1. ¿DEBEMOS DAR CULTO A LA VIRGEN?
Sí, porque es la Madre de Dios y Madre de todos los CATOLICOS.
2. ¿RENDIMOS EL MISMO CULTO A DIOS QUE A LA VIRGEN?
No. A Dios, por ser el Supremo Señor de todo lo creado, le rendimos culto de adoración, llamado LATRIA. A la Virgen, en cambio, por su grandeza la veneramos con un culto especial, llamado de HIPERDULIA.
3. ¿POR QUÉ LLAMAMOS MEDIANERA A LA VIRGEN?
Aunque Jesucristo es el único mediador entre Dios y el hombre, no se excluye por eso la existencia de otra mediación secundaria y subordinada la de la Virgen María. La Virgen es medianera de todas las gracias, porque intercede por nosotros delante de su Hijo Divino, y porque nos lleva de la mano a la Patria Celestial.
4. ¿ES NECESARIA LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN?
SI la devoción a la Virgen es necesaria y vital para salvarnos, pero con necesidad moral, que se apoya en el querer de Dios que nos la dió como Madre.
5. ¿QUÉ CARACTERÍSTICAS HA DE TENER NUESTRA DEVOCIÓN A LA VIRGEN?
Como buenos hijos suyos, hemos de venerarla, invocarla, imitarla y amarla.
6. ¿CÓMO PODEMOS IMITARLA?
Imitamos a la Virgen a través de todas las virtudes, pues todas las vivió en el mayor grado posible.
7. ¿DE QUÉ MANERA PODEMOS DIRIGIRNOS A LA SANTISIMA VIRGEN?
Además de las oraciones que la piedad de cada uno pueda componer, la Iglesia recomienda decir las siguientes: EL AVEMARIA, EL ANGELUS, EL REGINA COELI, LA SALVE, EL ACORDAOS, EL MAGNIFICAT, BENDITA SEA TU PUREZA, JACULATORIAS, y de manera especial porque Ella lo ha pedido, el rezo del Santo Rosario.
8. ¿QUÉ ES EL SANTO ROSARIO?
El Santo Rosario es un conjunto de Avemarías y Padrenuestros en honor de la Virgen, estas oraciones suelen ir acompañadas de piadosas meditaciones acerca de los principales misterios de nuestra fe.
9. ¿POR QUÉ SE LLAMA ROSARIO A ESTAS ORACIONES?
Se llama Rosario porque las oraciones que se enlazan con las meditaciones de los misterios (gozosos, dolorosos y gloriosos) forman una corona de rosas que se ofrece a María Santísima.
10. ¿CUÁL ES EL MES DEDICADO A LA VIRGEN DE UN MODO ESPECIAL?
El mes dedicado a la Virgen es el mes de mayo. Así lo ha dispuesto la Iglesia.
11. ¿CUÁL ES EL DÍA DE LA SEMANA TRADICIONALMENTE DEDICADO A LA VIRGEN?
El día dedicado a la Virgen, por una tradición antiquísima, es el sábado. En este día podemos poner presente a Nuestra Madre de forma especial, ofreciéndole algún pequeño sacrificio y dirigiendo una oración en su honor, por ejemplo la Salve.
12. ¿HEMOS DE PROPAGAR LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN?
Si, porque los buenos hijos hablan de su Madre, y porque la aman propagando su culto.
13. ¿QUÉ DICE EL CONCILIO VATICANO II ACERCA DE LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN?
Advierte a todos los fieles de la Iglesia lo siguiente:
"QUE TENGAN MUY EN CONSIDERACION LAS PRÁCTICAS Y LOS EJERCICIOS HACIA ELLA RECOMENDADOS POR EL MAGISTERIO A LO LARGO DE LOS SIGLOS" (Const. Dogmática LUMEN GENTIUM n. 67).
LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA
Qué es la Renovación Carismática
Las 7 Experiencias de Pentecostés en el Nuevo Testamento
Carismáticos y la Virgen María
Bautismo en el Espíritu Santo
Cómo Recibir el Bautismo en el Espíritu
Deseo escribir una palabras sobre la Renovación Carismática, porque es parte de la explosión del Espíritu en nuestros días. Es la "Cuarta Potencia" del cristianismo, que está infiltrándose en las otras tres: Católicos, Protestantes y Ortodoxos. Quiero señalar sus grandezas, su vitalidad explosiva que nadie puede parar... y también sus problemas, los que ha traído y los que puede traer.
QUÉ ES LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA
La Renovación Carismática es revivir la experiencia de Pentecostés en la Iglesia de Cristo, y en el corazón y vida de cada cristiano: Que el gozo, la fuerza, y el poder de la Iglesia primitiva se manifieste en nuestra Iglesia con señales y prodigios y maravillas, y servicio a los hermanos, y amor a la Palabra de Dios en la Biblia. Y todo esto basado en una vida intensa sacramental y de oración, vivida en comunidad, en Iglesia... porque no hay cristianismo sin comunidad, sin Iglesia.
La Renovación pretende y ha conseguido en muchas partes, renovar la Iglesia de hoy con el clima ardiente de los orígenes, una Iglesia apostólica y jerárquica, que no sólo es depositaria de verdades reveladas, sino que está en posesión de energías poderosas irresistibles. Trata de recrear la atmósfera de la primitiva Iglesia, para la cual el Espíritu Santo no era una abstracción teológica, sino vida, fuerza, gozo, amor, entusiasmo, guía, ánimo...
No trata de crear nuevas estructuras, sino devolverle a la Iglesia su verdadero rostro carismático de poder con los rasgos inconfundibles de los dones del Espíritu Santo, dones de milagros, de profecía, de discernimiento, de sanación, de lenguas... y devolverle esos dones, no enumerados en los catecismos, sino vividos y experimentados en la vida de cada cristiano.
Los primeros cristianos no tenían grandes libros de teología del Espíritu Santo, pero lo vivían en sus vidas, su gozo, su amor, su poder, experimentaban sus maravillas, vivían con gozo sus prodigios... Eso es lo que pretende y ha conseguido en muchas partes la Renovación Carismática en la Iglesia Apostólica que fundó Jesús y que era y tiene que seguir siendo Jerárquica y Carismática.
En cuanto a los individuos, lo que pretende La Renovación Carismática es que cada cristiano reviva la experiencia de los primeros cristianos, con toda clase de carismas al servicio de la comunidad, por medio de una renovación radical en la vida bajo la acción del Espíritu Santo.
Los Apóstoles en Pentecostés ya habían sido bautizados, recibido la comunión y ordenados sacerdotes en el primer Jueves Santo de la humanidad: Pero en Pentecostés, ese tesoro escondido en su alma desde su bautismo lo redescubrieron.
De eso trata la Renovación: Hacernos tomar conciencia del poder y fuerza irresistible que habita en el corazón de cada cristiano con el poder del Espíritu. Ni la Misa, ni la Eucaristía, ni la belleza del amor se pueden entender y vivir en su plenitud y grandiosidad si no es por la acción y guía del Espíritu de Dios, nuestro Abogado, nuestro Paráclino, nuestro Iluminador, nuestro Santificador.
La Renovación es redescubrir la presencia de Cristo en nuestras vidas, un Cristo vivo, íntimo, presente, de verdad, que sana el alma y el cuerpo, que quita las dudas y temores, y que sana los corazones y las enfermedades del cuerpo. Es recargar el corazón de energías frescas y abundantes que se llaman gozo, paz, fortaleza, vigor. Es volver a encontrar el gusto de los sacramentos, de la Santa Misa, de la oración, de la Palabra de Dios.
La Renovación es comenzar de nuevo a vivir una vida de intimidad con Dios, viviendo en comunidad al servicio de los hermanos que sufren o gozan, que tienen hambre, o que están aburridos de tanto tener, porque les falta lo único que los puede saciar, que es Jesús metido en sus corazones por la acción del Espíritu Santo para que puedan gozosos cantar las glorias y maravillas de Dios Padre y darle gracias alegres en cada paso de la vida. En la primavera y en los días de tormenta, en las alegrías y en las penas, en los éxitos y en los fracasos. Es aprender a trabajar en lo mismo que se trabaja, pero hacerlo con ilusión y entusiasmo, porque el trabajo es servicio a Cristo con quien me encuentro en cada esquina, cuando me encuentro con el hermano que sufre o que se alegra.
Cuando me encuentro con el blanco o el negro también me encuentro con Cristo, y el anciano es Jesús, y el enfermo es Cristo que va a consultar con el médico, y el mecánico está atendiendo al carro de Jesús cuando un desconocido llega a su garage. Y la señora le está cosiendo la camisa de Jesús y haciendo la comida para Jesús, porque todo lo que hagáis a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo estáis haciendo (Mateo 25:40.
Todo esto es maravilloso, pero se puede vivir solo cuando Jesús está en nuestro corazón, y por la acción del Espíritu Santo, para poder cantar y gozar cantando las glorias de Dios Padre en el hogar, en el trabajo, y en la calle.
Las 7 EXPERIENCIAS DE PENTECOSTÉS
En el Nuevo Testamento
Carismáticos y la Virgen María
La renovación Carismática trata de revivir las experiencias de Pentecostés en la Iglesia. Así es que vamos a ver las distintas experiencias de Pentecostés que hay en la Biblia. En el Antiguo testamento hay varias, pero nos vamos a limitar a las seis que nos describe el Nuevo Testamento.
1- A la Virgin María: En el primer capítulo del NT, Mateo 1 y Lucas 1:
El primer Pentecostés del Nuevo Testamento ocurrió en la ciudad de Nazareth. El Espíritu Santo descendió sobre una Virgen, llamada María, y engendró en ella a Jesús. Esta es la esencia de todo Pentecostés... y de la Renovación Carismática.
La Virgen María fue la Primera Carismática del nuevo Testamento.
1- Como buena carismática, como buena cristiana, lo primero que hizo fue servir: Se puso María a prisa en camino para ir a ayudar a su prima Isabel que estaba ya encinta por seis meses (Lucas 1:39).
2- La segunda cosa que hizo fue dar gloria a Dios: La Virgen fue la primera que cantó las glorias de Dios: Dijo María: Mi alma alaba al Señor y mi espíritu goza de júbilo en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava, por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi maravillas el Poderoso, cuyo nombre es santo (Lucas 1:46-49)
La condición y razón de este primer Pentecostés es que Dios vio la "humildad de su esclava", esta es la condición que se nos pide para que tengamos muestro Pentecostés, nuestra humildad.
La Virgen María fue la primera carismática del Nuevo Testamento, la primera que cantó las glorias de Dios... los segundos fueron los ángeles cuando vinieron cantando "gloria a Dios en los cielos".
2- A Isabel y Juan Bautista: Luc.1:39-46:
Cuando la Virgen llegó a la casa de Isabel a servir, el bebé Juan Bautista saltó en su seno, lleno del Espíritu como se había profetizado Luc.1:15. Y Isabel se llenó del Espíritu Santo y gritó con gran voz la alabanza a Jesús más entrañabe y poetíca que de Jesús hace la Biblia:
1- La más entrañable,porque la alabanza más querida que se puede hacer a un hombre es decirle "bendita sea tu madre", Isabel gritó, tu madre es la más bendita de entre todas las mujeres (Luc.1:42)
2- Y la más poética, porque luego le añade, y bendito eres tu Jesús,el fruto de las entrañas de María, y eso es poesía! (Luc.1:42).
3- El Gran Pentecostés de Hechos 2:
Aquí el Espíritu Santo descendió sobre los 120 hermanos de Jesús que estaban en oración juntamente con la Madre del Señor. Es una buena forma de esperar nuestro Pentecostés. Orar en comunidad, junto con la Madre del Señor.
Aquí hubo gran alboroto, gozo... la gente pensaba que estaban borrachos (2:13), por el ruido, las lenguas, las profecías.
En este Pentecostés los Apóstoles se dieron cuenta de algo muy importante: No tenían a Jesus "con" ellos, pero ahora lo tenían "dentro de ellos".
Y se les quitó el miedo que tenían, y empezaron a ser testigos de la Resurreción del Señor. San Pedro, ejerciendo su primacía, habló en nombre de todos, y se convirtieron aquel día unos tres mil. Para esto les había prometido Jesús que les daría el Poder del Espíritu, para que seais mis testigos, en Hechos 1:8, en las últimas palabras que pronunció Jesús en la tierra, justo antes de la Ascensión a los cielos.
Este Pentecostés es el Grande, porque aquí nació oficialmente la Iglesia. La Iglesia nació en el Calvario, entre dolores y sangre, como en todo parto... pero el Espíritu la hizo pública entre el gozo y la gloria de Pentecostés a todos los hombres y mujeres de toda raza y lengua misteriosamente representados en aquel día de Pentecostés por tantas razas y pueblos que describe Hechos 2.
4- El Pentecostés de Samaria, de Hechos 8:
En Samaria había estado predicando Felipe y la muchedumbre lo seguía por los muchos milagros que obraba... y muchos paralíticos y cojos eran curados. Vinieron Pedro y Juan, los cuales oraron sobre ellos para que recibiesen el Espíritu Santo, pues aún no había venido sobre ninguno de ellos. Sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo (Hechos 8:7, 15-18).
Este Pentecostés ocurrió en personas que ya habían sido bautizadas, que asistían a la fracción del pan, y que habían presenciado muchos milagros.
Ocurrió con la "imposición de las manos."
Debió de ocurrir algo impresionante que no nos dice la Biblia, porque un tal Simón Mago, que había presenciado los milagros de Felipe, ahora vio algo tan extraordinario que le pidió a Pedro que le vendiera por dinero no el poder de Felipe, sino el poder de "imponer las manos". San Pedro le dijo: "Arrepiéntete, el Don de Dios no se puede comprar con dinero."
5- El Pentecostés de San Pablo, de Hechos 9:
Aquí San Pablo iba a perseguir a los cristianos de Damasco, y en el camino se vio de repente rodeado de una gran luz, cayó en tierra, y quedó ciego. Y oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues? Él contestó: ¿Quién eres, Señor? Y Él: Yo soy Jesús a quien tú persigues. Levántate y entra en la ciudad y se te dirá lo que has de hacer (9:4-5).
Y después es que viene el Pentecostés de San Pablo, en 9:15-19. Ananías le impuso las manos, y San Pablo recibió el Espíritu Santo y recobró la vista... y después se fue bautizado y tomó alimento y se repuso.
San Pablo recibió el Espíritu Santo antes de bautizarse, y lo recibió con la imposición de las manos de Ananías. San Pablo había estado ciego por tres días, sin comer... el sacrificio y la penitencia, el ayuno, es una buena forma de prepararte para recibir tu Pentecostés. Tres días estuvo San Pablo ayunando y orando ¡y ciego! ¡Y tirado de su caballo! A ti y a mí, Jesús quizás nos tenga que tirar de nuestro caballo del orgullo o de la soberbia, o de la avaricia...
Pero en este Pentecostés hubo gozo, como en todo Pentcostés: ¡Pablo recibió la vista de nuevo!... Y el gozo, y la paz... y el bautismo cristiano.
6- El Pentecostés de los Gentiles, de Hechos 10:
Aquí se trata de un centurión romano que no era cristiano y recibió el Espíritu Santo con las mismas características que en el Pentecostés de Hechos 2. Después de ello, Pedro lo bautizó en el nombre de Jesucristo. Fue la primera vez que un gentil, un no judío, era bautizado... Así lo describe, en parte, la Biblia.
Aún estaba diciendo Pedro estas palabras cuando descendió el Espíritu Santo sobre todos los que oían la palabra, quedando fuera de sí los judíos que habían venido con Pedro de que el don del Espíritu Santo se derramase sobre los gentiles, porque los oían hablar en varias lenguas y glorificar a Dios. Entonces tomó Pedro la palabra: ¿Podrá acaso negar alguno el agua del bautismo a estos que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros? Y mandó bautizarlos en nombre de Jesucristo (10:44-48)
Gracias a esta experiencia, tú y yo, que no somos judíos, somos ahora bautizados cristianos, por eso se le llana el "Pentecostés de los Gentiles".
7- El Pentecostés de Éfeso, de Hechos 19:
Aquí es San Pablo que fue a Éfeso y se encontró con 12 cristianos que habían recibido el Bautismo de Juan, pero que ni siquiera habían oído hablar del Espíritu Santo. Pablo les preguntó: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe? Ellos le contestaron: No hemos oído ni si existe el Espíritu Santo. Al oir esto se bautizaron en el nombre del Señor Jesús. E imponiéndoles las manos, descendió sobre ellos el Espíritu Santo y hablaban lenguas y profetizaban (19:2-7).
BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
Las siete experiencias pentecostales que acabamos de ver son de lo más variadas, porque el Espíritu es como el viento, que sopla donde quiere y como quiere (Juan 3:8). Unas experiencias ocurren en personas que estaban bautizadas, que eran ya ordenados sacerdotes. Otras en personan no bautizadas. Unas con imposición de manos; otras sin ella. En unas se nos dice que hablaban en lenguas, en otras no.
Pero en todas ellas hay algo en común, "una experiencia", algo que los que lo tenían lo podían sentir, experimentar... un gran gozíntimo o con manifestacines externas. Algo que los que lo veían se asombraban por las manifestaciones externas que veían... tan extraordinario le pareció a Simón Mago que quiso comprarle a Pedro el "poder" de imponer las manos (Hechos 8:18).
Esta "experiencia" es lo que se llama en la Renovación Carismática el Bautismo en el Espíritu Santo. Es algo concreto, bien definido, inolvidable, que se puede contar, que ha cambiado en muchos radicalmente sus vidas. De alcohólicos o adictos, se convierten en servidores del Señor en los hermanos. Algo que quizá le hizo comprender lo maravilloso de la Eucaristía, y desde entonces van a diario a la Misa. Que les llevó a amar la Palabra de Dios y a leer la Biblia a diario con avidez. Que les hizo tomar el gusto por la oración en comunidad y a solas.
Esta "experiencia" es totalmente distinta de una persona a otra, y se puede recibir en distintas formas y ambientes. Yo la he visto en Ejercicios Espirituales, en Cursillos de Cristiandad, en la Renovación Carismática... Y además puede repetirse, aunque por lo general, la primera es la que es inolvidable, porque marcó un cambio radical en la vida de la persona.
El nombre "Bautismo en el Espíritu" es uno de los aspectos más contraversiales dentro y fuera de la Renovación. Se ha llamadoi también "Infusión del Espiritu", "Llenarse del Espíritu", "Efusión del Espíritu", "Derramamiento del Espíritu", etc, porque el nombre "Bautismo" se presta a confusiones con el único bautismo, sacramento, que borra el pecado original.
Se ha conservado el nombre "Bautismo en el Espíritu" porque así llama la Biblia siete veces a esta "experiencia". Así Jesús, en Hechos 1:5, estaba hablando con los apóstoles, que ya habían sido bautizados, ya habían recibido la comunión y habían sido ordenados sacerdotes el primer Jueves Santo de la historia, y les dijo: Vosotros, pasados no muchos días, sereis bautizados en el Espíritu Santo. Así llamó Jesús esta experiencia personal que recibieron a los diez días, en Pentecostés de Hechos 2. Las otras seis veces que menciona la Biblia el "Bautismo en el Espíritu" están en Mateo 3:11, Marcos 1:8, Lucas 3:16, Juan 1:33, Hechos 11:16, 1 Corintios 12:13. Por eso es que se conserva el nombre, aunque siempre se aclara que no se trata de un "sacramento", es una "experiencia" aparte de ningún sacramento.
Quizá usted que ya ha sido bautizado, o que, como los apóstoles, ya es sacerdote, quizá usted necesite también esta "experiencia", si nunca la ha tenido. Porque se trata de una verdadera experiencia, interior y exterior, con gozo interno, y seguridad en la vida, y deseo de ser mejor, de entregarse al Señor, de servir a los hermanos... y una experiencia sensible externa, que los demás puedan ver, quizá con alegrías que se exteriorizan en saltos, en gritos de gozo, como los apóstoles que parecían borrachos, o se manifiesta en lenguas extrañas, en profecías.
Los niños también pueden recibir, también pueden tener esta experiencia en alguna forma, como le pasó a San Juan Bautista que recibió el Espíritu Santo antes de nacer y saltó de gozo cuando lo recibió, nos dice Lucas 1:41: Así que oyó Isabel el saludo de María, saltó el niño en su seno, e Isabel se llenó del Espíritu Santo. Aquí, como en Pentecostés, la Virgen María estaba por el medio, es bueno pedir esta experiencia, este bautismo con María presente.
CÓMO RECIBIR EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU
Lo primero: Prepararse. Los apóstoles hicieron oración por nueve días, la primera "novena" de los cristianos, junto con la Virgen María, y el décimo día recibieron su Pentecostés. (Hechos 1:5 y 14). San Pablo hizo oración y ayunó por tres días, antes que Ananías le impusiera las manos y recibiera el Espíritu Santo. Así es que una buena forma de prepararse es hacer un Retiro, o Cursillo, o Ejercicios Espirituales, etc.
Siempre es bueno pedirle a la Virgen maría mucho que ore por nosotros durante ese tiempo, que esté con nosotros durante ese tiempo, que esté con nosotros, ¡invitarla!, como hicieron en las bodas de Caná, si allí no hubiera estado María, se hubieran quedado sin el vino del gozo, porque la hora de Jesús aún no había llegado (Juan 2:4).
Lo segundo: Al que se le va a orar debe desear recibir el Espíritu, renunciar a Satanás, renovando las promesas del Bautismo, arrepentirse de sus pecados... y sencillamente, abandonarse al Señor como el niño se abandona en los brazos de su madre, abrirse a él, ser dócil. Y recibirlo.
Hay que recibir este don, el Don de Dios, un regalo grandísmo que Jesús te va a dar con seguridad, pero tú tienes que recibirlo, si tú no lo quieres recibir, el Señor no te va a exigir, no te a a tumbar, eres tú quien lo tienes que recibir, como recibes un regalo cuando te lo dan.
Es un misterio maravilloso. Dios Padre es el que manda el Espíritu Santo (Lucas 11:13), Jesús es el que bautiza (Mateo 3:11), y lo que hace el Espíritu es venir, es llenarnos de Jesús, para que podamos cantar ¡y cantemos! las glorias de Dios Padre.
Lo tercero: El que va a imponerle las manos pidiendo que sea bautizado, antes debe hacer una oración que incluya una breve explicación de lo que se trata, una oración de arrepentimiento, de renuncia a Satanás, y de aceptar y entregarse al Señor Jesús y ofrecerse enteramente a su servicio... y despúes imponer las manos orando al Padre, en nombre de Jesús, que envíe el Espíritu sobre la persona.
Tres de las experiencias de Pentecostés antes comentadas ocurrieron con la "imposición de manos"... las otrss, sin la imposición de manos.
Las dos cosas más importantes son el arrepentimiento y el recibirlo. Donde hay pecado, hay basura, podredumbre, donde sólo se puede revolcar Satanás, ahí no puede estar Jesús... Por eso, en los retiros, siempre se trata antes con intensidad el arrepentimiento y se estimula a que se confiesen con un sacerdote, que su alma quede limpia. Lo del recibirlo es también importantísimo, porque el Señor seguro que va a mandar su Espíritu, pero en uno está el aceptar el Don, el gran regalo, o en no recibirlo: Cuánto más dará vuestro Padre celestial el Espíritu Santo a los que se lo piden. (Lucas 11:13).
Carismas y Frutos del Espíritu
Catholic Charismatic Renewal
Renovación Católica en el Espíritu Santo
Origen de la Renovación Católica en el Espíritu Santo
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De pronto vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego, las que, separándose, se fueron posando sobre cada uno de ellos; y quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en idiomas distintos, en los cuales el Espíritu les concedía expresarse” (Hch 2, 2-4).
La Renovación en el Espíritu Santo, también llamada Renovación Carismática Católica, es como una realización a las plegarias insistentes que el Papa Juan XXIII, al impulso del Espíritu, elevó al cielo, desde la etapa preconciliar, año 1959, hasta la convocatoria del Concilio Vaticano II, año 1962 a 1965:
“...Renueva en nuestro tiempo los prodigios como de un nuevo Pentecostés ...”
¿Qué es la Renovación Católica en el Espíritu Santo?
a.- La Renovación en el Espíritu Santo, es una corriente de gracia que busca mantener viva la experiencia de Pentecostés, a partir del “Bautismo en el Espíritu”.
b.- Es la vivencia de comunidad cristiana, como fruto de haber tenido un encuentro personal con Jesús y el Espíritu Santo, para llegar con ellos a Dios Padre.
“Acudían asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a las oraciones”.
c.- Es la formación de comunidades que viven con gozo la experiencia personal de salvación, expresada en cantos y oraciones espontáneas, realizando de esta manera lo que San Pablo les pedía a las comunidades:
“Recitad vosotros salmos, himnos, cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestros corazón al Señor, dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo”.
d.- Es desarrollar una vida en el Espíritu viviendo la experiencia carismática, enunciada por San Pablo a los Corintos:
"A unos se les da hablar con sabiduría, por obra del Espíritu. Otro comunica enseñanzas conformes el mismo Espíritu. Otro recibe el don de fe, en que actúa el Espíritu. Otro recibe el don de hacer curaciones, y es el mismo Espíritu. Otro hace milagros; otro es profeta; otro reconoce lo que viene del bueno o del mal espíritu; otro habla en lenguas, y otro todavía interpreta lo que se dijo en lenguas. Y todo es obra del mismo y único Espíritu". ( 1a Corintios 12, 8-11)
Objetivos de la Renovación Católica en el Espíritu Santo
a.- Transmitir y ayudar a que cada persona tenga una experiencia profunda del amor personal e incondicional que Dios tiene por cada uno de sus hijos, porque es nuestro Padre.
b.- Promover una conversión personal, madura y continua a Jesucristo, Nuestro Salvador, Señor y Mesías.
c.- Propiciar una apertura decisiva hacia la persona del Espíritu Santo, su presencia y su poder.
d.- Fomentar la recepción y el uso de los dones y carismas del Espíritu Santo.
e.- Animar la obra de la evangelización en el poder del Espíritu Santo.
f.- Impulsar el crecimiento progresivo en santidad, con los Frutos y Virtudes del Espíritu Santo.
¿Que es la Renovación Carismática?
Por el Padre Miquel Peix C.M.F.
Cómo nace y cómo se propaga.
La Renovación Carismática Católica, llamada también Renovación en el Espíritu o Renovación Cristiana en el Espíritu, no nació con la realización de un proyecto, sino como consecuencia de un acontecimiento o de una serie de acontecimientos que cambiaron la vida de unas personas, las cuales se juntaron en comunidad de oración.
Este es el origen de su aparición y de su propagación espectacular. Dice el gran teólogo Yves Congar:" la Renovación en el Espíritu no es simplemente una moda, sus frutos se perciben inmediatamente: se trata de una fuerza espiritual que cambia vidas. No es una mero avivamiento, sino una verdadera renovación, un rejuvenecimiento, un frescor, una actualización de posibilidades nuevas que surgen de la Iglesia Católica siempre antigua y siempre nueva". El mismo teólogo, que no desconoce la eclosión de carismas que se manifiesta en ella, dice sobre este punto:"la Renovación lleva la vitalidad de los carismas al corazón de la Iglesia.
No tiene desde luego, el monopolio de los carismas, pero eleva muy alto su bandera y contribuye a dar publicidad al tema". (EL Espíritu Santo, p 357). En resumen: los cambios evidentes de vida experimentados como resultado de la acción del Espíritu y las múltiples manifestaciones carismáticas en favor de la comunidad y de la evangelización han dado nacimiento a la Renovación Carismática Católica y aseguran su crecimiento constante.
Inicios de la Renovación Carismática católica en conexión con la corriente Pentecostal.
De todos es conocido que toda la experiencia carismática conecta con el Pentecostés apostólico y que las manifestaciones del Espíritu no han faltado nunca en la Iglesia. ¿Cuál es entonces las novedad de la Renovación Carismática?. Simplemente el hecho de que estas manifestaciones se consideren normales y que las recupere la comunidad cristiana como tal. La Renovación carismática considera de plena actualidad las palabras de San Pablo a los Corintios 12.7: " A cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para bien de la comunidad".
Comparte totalmente esta visión, autorizada por Vaticano II, la corriente Pentecostal, muy extendida por todas las Iglesias cristianas. Esta corriente empezó en Tapeca (U.S.A. Estado de Tejas). Un pastor metodista, Carlos Parnam, comenzó a predicar al Espíritu Santo y sus sermones se vieron acompañados de manifestaciones carismáticas y una indiscutible renovación interior. Otro pastor metodista, M.Y.
Seymour, testimonio de tales experiencias, se puso igualmente a predicar sobre el Espíritu Santo en los Ángeles. Era muy humilde y pobre , predicaba desde su barraca de madera. Estos hechos hicieron surgir el pentecostalismo clásico, con muchas virtudes y con dos defectos importantes: era antiinstitucional y fundamentalista en la interpretación de la Biblia.
Pero durante los años 50 y los 60 diferentes personas y grupos de las distintas Iglesias tradicionales, con frecuencia sin ninguna conexión entre sí ( véase One Lord One Body, Ecumenical Grace of Charismatic Movement by Peter D. Llocken. Th Word Among Us Press, P.B. 2427, 2Gaithersburg, MD20879, U.S.A.) tuvieron las mismas experiencias del Espíritu y surgió en todas ellas el Neo-Pentecostalismo. La correspondiente Experiencia Católica del año 67 dio nacimiento a la renovación Carismática.
El fulgurante crecimiento de los grupos nacidos de esta corriente
He leído que las personas que los frecuentan en las diversas Iglesias deben ya de llegar a los 150 millones, en la Católica sobre unos 100 millones, no solamente llenó de admiración a los observadores sino que algunos protestantes pensaban que las Iglesias más estructuradas, sobre todo la Católica, ahogarían al Espíritu. No lo pensaban así los grandes pentecostales, como Thomas Roberts y David Plessis, los cuales manifestaron la gozosa esperanza de ver acumuladas las riquezas de las diversas tradiciones tradiciones cristianas en una sola Iglesia, para la gloria del Salvador y manifestación del poder del Espíritu en favor del mundo,Roberts expresó asímismo su deseo de ver a Israel incluído en el Misterio de las Bodas del Cordero.
La visión de estos ilustres carismáticos no estaba ausente de la mente de Juan Pablo II cuando el 15 de Mayo de 1987 nos decía en Roma a unos mil delegados de la Renovación católica mundial: el vigor y la fecundidad de la Renovación da de veras testimonio de la presencia poderosa del Espíritu Santo en acción dentro de la Iglesia en estos años posteriores al concilio Vaticano II. Desde luego que el Espíritu Santo ha guiado a la Iglesia en cada época, y ha producido en ella una gran variedad de dones entre los fieles. A causa del Espíritu, la Iglesia conserva continuamente una joven vitalidad. Y la Renovación carismática es una elocuente manifestación hoy de esta vitalidad, una atrevida declaración de lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias (Ap 2, 7) al acercarnos al final del segundo milenio.
Pero pasemos ahora al relato sucinto de los hechos que originaron la Renovación Carismática Católica. Estamos en 1966.Los católicos de U.S.A. quieren aplicar el concilio Vaticano II desde dos puntos de vista diferentes. conservadores y liberales se enfrentan sin esperanza de reconciliación. William Storey, historiador, y Ralph Keyfer, teólogo, profesores laicos de la Universidad Católica de Duquesne, están comprometidos en diferentes movimientos (litúrgicos, y otros sociales y apostólicos), pero comparten la constatación de un vacío, de una debilidad en la oración y en la acción, como si todo fuera el resultado endeble del propio esfuerzo.
Leyendo el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles, comprenden la importancia de la acción del espíritu en el cambio de vida de los apóstoles y de los primeros cristianos. ¿No radicará aquí la base de la renovación eclesial querida por el Concilio?. Los dos profesores se comprometieron en pedir el Espíritu uno por uno recitando diariamente la secuencia de su fiesta:" Ven espíritu santo, y envía ....."
Se les añaden algunos amigos.
Después de un año el pastor episcopaliano William lewis los pone en contacto con la señora Florence Dodge, también episcopaliana, y su grupo de oración. el 20 de enero de 1967 Ralph Keifer y Patrick Bourgeois piden al mencionado grupo que ore con ellos para implorar el "Bautismo en el Espíritu". Sus ruegos se ven escuchados y el vacío y la debilidad de sus vidas quedan llenos de la presencia poderosa del señor resucitado. Se repite la Experiencia cuando dos amigos piden a Keifer y Patrick que les imponga las manos. El 17 de febrero de 1967 estos cuatro católicos se reúnen un fin de semana con treinta personas, profesores y estudiantes universitarios.
Durante la noche del sábado quisieron dedicar unas horas en la celebración del cumpleaños de una de las chicas. Inesperadamente uno tras otro subieron a la capilla donde todos tuvieron una experiencia Pentecostal muy fuerte, cuyo rasgo fundamental fue un contacto íntimo con Cristo. según sus descripciones, al menos en muchos de ellos, en este contacto recibieron dones carismáticos, como la glosolalia y la profecía.
Esta experiencia cambió sus vidas, lo cual condujo a otras personas a juntarse al grupo. Dichas personas fueron recibiendo también la experiencia del espíritu y sus dones. El fuego se propagó rápidamente y en pocas semanas llegó a la Universidad de Notre Dame de South (Indiana) y a la de East Lausing, en Michigan.
Del 8 al 9 de Abril de 1967 noventa personas, entre ellas algunos sacerdotes, se congregaron en la Universidad de Notre Dame para reflexionar sobre los acontecimientos. Había nacido la primera asamblea Carismática Católica.
Situación ante la mentalidad de la época y del contexto religioso.
Inesperadamente había aparecido una corriente que contrarrestaba la sequedad espiritual originada por una mentalidad puramente temporal y autosuficiente, muy en expansión en Estados Unidos y en las naciones técnicamente adelantadas. La Renovación Carismática es como una denuncia a la visión secularista que tiende a reducir al hombre a horizontes puramente terrenos y desconoce la relación criatural y filial hacia Dios.
Mirada desde el interior de la Iglesia, la Renovación Carismática no participaba, ni participa, en el enfrentamiento entre conservadores y progresistas, puesto que no piensa que las reformas estructurales y las posturas contratantes sean resolutivas para la construcción del Reino de Dios.
Lo esencial es que los creyentes vivan una verdadera renovación en el Espíritu. hay que redescubrir la doctrina paulina de la vida en el Espíritu. Para salir de una práctica cristiana monótona y estancada es necesaria la "vida en el Espíritu", por la cual nos sometemos a Cristo como Señor en una confrontación con aquellas bíblicas que transforman al hombre desde de dentro y le confieren una nueva unión con Dios y una nueva relación con los hermanos. La efusión del Espíritu, ¿no es aquel don permanente que Cristo ofrece a todo fiel que le busca sinceramente.
La efusión en el Espíritu
La renovación Carismática Católica en Europa usa esta Expresión, tomada de los Hechos de los Apóstoles(2,17-18 y 10.45), mas bien que la de "bautismo en el Espíritu", para evitar cualquier confusión con los sacramentos de la iniciación cristiana, bautismo y confirmación.
Es una actuación del Espíritu que despierta la conciencia del creyente, y da una mayor apertura a su acción, a sus dones, a sus gracias. No viene de fuera, sino de dentro, y actualiza las virtualidades de los dos sacramentos mencionados, los cuales no pueden llegar a su plena madurez sin que el Espíritu penetre toda la dimensión del ser y del actuar del fiel. la efusión del Espíritu es el don gratuito del Señor resucitado, el cual puede otorgarlo en cualquier lugar y momento.
La Renovación Carismática, sin embargo sabe por experiencia la eficacia de la oración comunitaria. Por eso, se organiza lo que se llama " las siete semanas", como preparación conveniente. Durante este período de tiempo se proclaman, en un clima de oración, los grandes temas de la fe: Jesús es el Salvador y mi Salvador, Jesús es Señor y mi Señor, la conversión, el Espíritu Santo, la Iglesia, los carismas, la vida en el espíritu. los que piden entonces la oración que implora la efusión del Espíritu renuncian al mal y a Satanás y aceptan a Jesús como Señor y Salvador. Suele hacerse durante la misa y los presbíteros y los asistentes, o una parte de ellos, les imponen las manos y oran.
El efecto de esta oración cambia vidas. La efusión del espíritu centra la personalidad del fiel en Jesucristo como Señor Resucitado y cabeza de la Iglesia, que vive en su corazón y le muestra el amor del Padre.
Efectos de la efusión del espíritu
Solamente apuntaremos los principales para no alargarnos:
1º. Un encuentro personal con Jesús. La persona se siente invadida por su amor y su señorío, en un nuevo nivel de relación con El. De ahí que en los grupos se oiga con frecuencia las expresión bíblica: "Jesús es el Señor".
2º. Una conciencia más viva del sentido trinitario de la vida del creyente.
3º. Dios habla a la persona, la cual recibe una sensibilidad especial para conocer la "voz del Buen Pastor" y sentir las mociones del Espíritu.
4º. Un don de oración personal que brota del centro de nuestro ser con predominio de la alabanza.
5º. Un amor por la sagrada escritura como palabra de Dios, la cual recobra actualidad, llega hasta el fondo y alimenta el corazón y la mente.
6º. Una nueva fuerza para proclamar la salvación en Jesucristo, sin complejos, con convicción y sencillez.
7º. Una liberación del pecado. Desaparecen Hábitos inveterados, dependencias y miedos.
8º. Dones y carismas, como los que nombra Pablo en 1Corintios 12,8-10.
9º. El deseo del Reino, con una nueva manera de mirar las postrimerias del hombre. Se encuentra gozo en decir "Maranatha", "ven, Señor Jesús", (1Co 16,22;Ap22,20).
No todos reciben con la misma fuerza estos efectos, por los que, no tratándose de un sacramento, se puede volver a pedir oración, con la certeza de que el espíritu de la promesa desea darnos más de lo que nosotros deseamos recibir.
Los grupos de oración de la Renovación Carismática.
El Espíritu empuja hacia la comunión con los hermanos y constituye su vínculo interior. La oración comunitaria es el lugar privilegiado de la comunión. En el grupo de oración se consolidan y desarrollan los efectos de la efusión del espíritu.
Los Grupos de la Renovación Carismática suelen reunirse una vez por semana en una oración de unas dos horas, abierta a todo el mundo, aún a los curiosos. Los grupos que han crecido con normalidad están formados por gente de todas las edades y de todos los niveles culturales y sociales. Toda Persona es libre de formar parte y de salirse de ellos. No hay estatutos ni compromisos. la alta fidelidad a la reunión semanal de la gente integrada al grupo proviene solamente de una necesidad espiritual.
Es notable el interés de la gente, que se desplaza o traslada a otra localidad, por buscar allí un grupo de la Renovación Carismática. Y que en estos grupos se encuentra alegría y cordialidad, ayuda mutua, acompañamiento y crecimiento espiritual. La oración comunitaria carismática es un encuentro del grupo con el Señor resucitado. Su presencia, vivida en un don de fe, suscita una ferviente alabanza, gozosa, libertadora y fuente de toda bendición. La alabanza toma la parte más considerable de la reunión y se desarrolla en la escucha de la palabra y en una actitud interna de adoración, a la que suelen seguir súplicas en favor de los hermanos, de la Iglesia y del mundo. Con frecuencia se destina un tiempo a los testimonios y a la enseñanza.
Un fruto importante de esta oración es el deseo de dar testimonio del señor en casa, en el trabajo, donde sea. Evangelizar se convierte en una necesidad.
Por eso la gente renovada de veras tiene que ponerse a disposición de la Iglesia local, parroquia, y si conviene del obispado; para todo lo que sea necesario según el discernimiento de los pastores.
Eso si, el apostolado tiene que ser el fruto de la oración personal y comunitaria, tiene que surgir de la acción del Espíritu, según la expresión del cardenal Suenens, protector de la Renovación Carismática:" Hay muchas maneras de evangelizar, pero no hay más que una evangelización que sea buena: la que sale del Cenáculo".
Un mínimo de organización
La renovación carismática al no tener estatutos, no tiene superiores, solamente dirigentes, llamados también servidores, sin autoridad jurídica. Cada grupo elige algunos servidores que tienen como función principal: Reunirse para discernir en la oración lo que conviene al grupo; proponer y si es necesario, coordinar los servicios apropiados, como la acogida, orden, música, biblioteca, etc; proponer y organizar, cuando convenga, las siete semanas, estar en contacto con los representantes de la iglesia, conectar con la coordinadora de la zona, estar siempre al servicio incondicional de los hermanos.
Hay coordinadoras de las grandes zonas de un estado: En España corresponden a las zonas autonómicas (no es necesario que sea así). también hay la estatal, compuesta por miembros de cada una de las naciones y regiones, además de unas pocas personas elegidas en asamblea. El cometido de las primeras consiste en conectar con los grupos, informarlos, darles enseñanzas si lo piden, ayudarlos para las siete semanas, retiros, etc.,organizar retiros para dirigentes y asambleas generales. En España la coordinadora estatal informa, organiza retiros para dirigentes, visita los grupos que lo piden y organiza una asamblea a nivel de estado. Estas coordinadoras representan de alguna manera a la Renovación Carismática ante las autoridades eclesiásticas. Decimos de "alguna manera" a causa de su autoridad moral por el hecho de haber sido votados sus miembros, pero sin jurisdicción, ya que no pueden tener la representación, por ejemplo, de unos superiores religiosos. El único superior religioso de la Renovación Carismática es la jerarquía de la Iglesia.
Existe finalmente, el ICCRO -Internacional Catholic Charismatic renewal Office- que informa, organiza asambleas mundiales de delegados de la Renovación Carismática y está en contacto continuo con el Vaticano.
Comunidades surgidas de la renovación Carismática
Constituyen una realidad eclesial importante. Las hay muy grandes, grandes y pequeñas. las hay de vida contemplativa que viven en monasterios y de vida activa que viven en un mismo barrio o esparcidas por ciudades y pueblos. Todas son mixtas, es decir compuestas de clérigos y láicos -mayoritarios estos-, de hombres y de mujeres, de casados y de célibes con promesa de castidad total. Estas comunidades tienen, naturalmente estatutos, superiores y con frecuencia entidad jurídica oficialmente reconocida por la Iglesia. No tienen pues, que dar ninguna cuenta a los dirigentes de la Renovación carismática, sino solamente a la jerarquía. Consideran, sin embargo, que la savia de su vida procede de la renovación.
Extensión universal e implantación en Catalunya de la renovación carismática
La Renovación Carismática continua en plena expansión por todos los continentes. Actualmente se calcula en unos cien millones el número de personas que frecuentan la Renovación Carismática católica. En Catalunya no se ha propagado tanto como en países vecinos, tales como Francia, Bélgica, Italia o Holanda, a pesar de que ya hace más de tres lustros que apareció en nuestro país.
Se encuentra en casi todas las diócesis, sobre todo en la de Barcelona, pero solamente existen 53 grupos, varios de los cuales, contrariamente a lo que suele ocurrir, no están formados por gente de todas las edades y de todos los niveles culturales y sociales, lo cual desvirtua su dinamismo. Con todo la Renovación Carismática no está estancada en Catalunya, sino que se consalida y crece. Por otra parte es bonito ver que la mayoría de los grupos se han formado y viven bajo el amparo de las parroquias y que muchos de sus miembros trabajan como catequistas, como voluntarios en las cárceles, o tienen encomendadas otras tareas parroquiales. En cuanto a comunidades surgidas de la Renovación carismática, en nuestro país hay algunas tentativas todavía en ciernes.
La financiación
La Renovación carismática se financia a todos los niveles -grupos, coordinadoras, aportaciones voluntarias. Se cuenta con la providencia y el sistema funciona. No existe la idea de capitalizar, sino solamente de cubrir gastos a medida que se presentan.
Dificultades
Tratándose de una renovación espiritual, las dificultades con que tropieza tienen que ser simples y fundamentales, venidas de fuera y surgidas de dentro. Las de fuera proceden de una cierta mentalidad religiosa secularizada, no fundamentada en la Biblia ni en la doctrina del Vaticano II, llena de desconfianza anta toda manifestación de la acción sobrenatural del Espíritu.
Existe también la falta de información que confunde la Renovación Carismática Católica con grupos protestantes o simplemente la reducen a un simple estilo de orar, bueno únicamente para ciertas sensibilidades. Las de dentro proceden todas del "hombre viejo" que rechaza los impulsos del Espíritu, que no quieren morir en Cristo para convertirse en una "nueva creación", que no quieren esperarlo de todo de la Cruz de Jesús, que no quieren "disminuir para que crezca Jesús", que quiere ser protagonista de su propia salvación.
A manera de conlusión es difícil aproximarse a la Renovación carismática cuando se tiene alergia a toda manifestación sobrenatural. Una cierta mentalidad muy extendida, que ya proviene de la ilustración, tiene miedo de un contacto consciente de Dios y, y celosa como está de su autonomía, casi prohibe al Creador que pueda intervenir directamente en sus obras. No es esta la dinámica de la Encarnación. Dios es amor y se manifiesta com Padre, como Hijo y como Espíritu Santo, a los individuos y a los grupos. Solamente aceptándolo plenamente, podemos ser plenamente, el objeto de la promesa de Cristo en Juan 7,37-38: " Si alguien tiene sed que venga a mi y que beba el que cree en mí. Como dice la escritura, rios de agua viva brotarán de su seno ".
Testimonio del Padre Tardif
en el encuentro de Barcelona en Junio del 96
Padre Tardif en el encuentro de Julio-96 en Madrid
celebrando una misa ante mas de 10.000 personas en el Retiro.
Yo les voy a decir públicamente que antes de entrar en la Renovación Carismática, yo no creía en ella, si hay alguno entre ustedes que han dudado de esta realidad que vive la Iglesia, yo confieso que yo también dudaba, yo no creía mucho en estos grupos de oración, era en el año 1973 se estaban reuniendo unos grupos de oración en la capital Dominicana, oía decir que algunos recibían el don de lenguas, yo me preguntaba como podía ser, si yo llevo años estudiando español y todavía tengo dificultad para hablarlo y ellos dicen que hablan en lenguas en una noche, eso no me convencía mucho, decían que otros recibían el don de profecía, de sanación y no me interesaba eso.
Yo trabajaba mucho en la República Dominicana era superior de mi congregación, ya llevaba ocho años de superior, era provincial y me estaba matando trabajando para edificar seminarios de noviciado, escuela de evangelización, un centro de promoción humana y no me daba cuenta que me estaba agotando con mucho trabajo y caí enfermo, no fue el Señor quién me mando la enfermedad, fui yo, que con mis excesos de trabajo me enfermé, porque hay que ser mas prudentes, y yo no lo fuí. Enfermé el 14 de Junio del año 1973, caí enfermo de tuberculosis pulmonar aguda, entré en el centro médico muriéndome, casi no podía respirar, pasé una noche bien difícil en el centro médico, porque me estaba asfixiando, la respiración se me hacia casi imposible, muchas veces en mi vida había meditado sobre la muerte, muchas veces había predicado sobre ella pero nunca había hecho el ensayo de la muerte, y aquella noche lo hice y se lo digo a ustedes “no me gustó , yo tenía la impresión que no iba a pasar la noche pero gracias a Dios que los médicos con el oxígeno, me ayudaron a pasar la noche y me examinaron, me dijeron que tenía tuberculosis pulmonar aguda, tuberculosis galopante porque era muy fuerte, los dos pulmones heridos. Cuando los médicos me dijeron esto, yo pedí regresar a mi país a Canadá donde vive mi familia, para ir a un hospital especializado para tuberculosos.
Entonces tuve la experiencia de ese poder de la oración, en el hospital los médicos me examinaron, y me dijeron que tal vez con un año de tratamiento en el hospital yo iba a regresar a mi casa. Era la única esperanza que me daban, y antes de comenzar los médicos el tratamiento, recibí la visita de cinco laicos que eran miembros de la Renovación Carismática, tres hombres y dos mujeres, y cuando me dijeron que estaban en un grupo carismático a mi me daba risa interiormente, pero por respeto no dije nada; venían a visitarme, me dijeron: Hemos venido a orar por usted para pedir al Señor, que lo sane y usted vuelva a trabajar en su apostolado en Santo Domingo , yo acepté su oración, la verdad estaba tan enfermo que estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa aún de los carismáticos, a pesar de que no creía mucho en ellos, pero ellos tenían mucha fe, y me dijeron: Vamos a imponerle las manos si usted permite, y vamos a orar para pedirle al Señor que lo sane , estaba sentado en mi silla al lado de la cama y me recuerdo como si fuera ahora, se acercaron y me pusieron las manos sobre la cabeza y sobre los hombros y comenzaron a orar, me encontraba tan ridículo debajo de ellos, que me estaban poniendo las manos, yo nunca había visto esto y mientras oraban me di cuenta que la puerta de la habitación estaba abierta y la gente que pasaba por el pasillo se quedaba mirando, me daba como apuro y dije: Si quieren vamos a cerrar la puerta , una señora dijo: Sí como no , salió y cerró la puerta de la habitación, pero ya Jesús había entrado ,ellos siguieron orando y el Señor me sanó totalmente sin ninguna medicina, el Señor me sanó en el espacio de tres o cuatro días, mas o menos.
Estaba ya perfectamente sanado y el médico no entendía lo que me pasaba, y yo todavía no estaba tan seguro de esta Renovación Carismática como para hacerle propaganda, no le dije al médico nada de los carismáticos, estaba esperando que me pasaría, pero me sentía bien, mi respiración iba bien, ya me volvió el apetito dormía bien, y el médico que quería comenzar los tratamientos, al ver lo que pasaba estaba muy sorprendido, y dijo de volver a examinarme de nuevo con una nueva radiografía, cuando observó la nueva radiografía descubrió que mis dos pulmones estaban perfectamente cicatrizados.
Las heridas que hizo la tuberculosis en mis pulmones, me había hecho sufrir mucho, los médicos tenían la primera radiografía con los dos pulmones muy heridos por la tuberculosis, y la nueva radiografía les enseñaba mis dos pulmones bien cicatrizados, el médico no sabía lo que pasaba y me dijo: Padre vuelva a su casa usted está muy bien, pero esto va en contra de todas nuestras teorías médicas, no sabemos lo que ha pasado .
Entonces salí del hospital muy contento, sanado, y comencé a asistir a los grupos de oración carismática ya no tenía ese prejuicio de antes, yo quería saber que era esa renovación, la gente me pedía que diera mi testimonio, al principio no quería darlo, porque pensaba que podía volver a recaer, todavía estaba asustado.
Pero ellos dijeron: Dé gracias por lo menos por lo que ha recibido, porque usted salió del hospital , y comencé a dar mi testimonio y de un grupo a otro me invitaron, y al final de la asamblea de oración me pedían orar por los enfermos, yo oraba por ellos y no pasaba nada. Pasaron los meses de Septiembre, Octubre, y fue el 18 de Noviembre del 1973 que por primera vez, ví a una persona recibir sanación mientras oraba por él, era un hombre que sufría mucho de artrosis, que casi no podía caminar y que me pidió que orara por él, yo hice una oración al Señor pidiéndole que le sanara, durante la oración el comenzó a sudar mucho y se emocionó y lloró, no sabia lo que le pasaba, pero cuando terminó de llorarse levantó y dio un brinco saltando de alegría, gritando y diciendo: ¡Ya no siento nada¡ , el Señor le había sanado su artrosis totalmente en el espacio de unos minutos. Era la primera vez en mi vida que veía a una persona recibir sanación durante la oración que hacía por él, yo había recibido mi sanación mientras otros oraban por mí, pero ya a partir de ese día, me animé a orar más por los enfermos al ver que el Señor responde a la oración, y poco a poco el Señor me ha ido dando ese carisma de sanación.
Y les digo a ustedes que la oración tiene poder y que esta renovación no es un cuento, es una realidad, es un regalo del Espíritu Santo a la Iglesia de hoy para renovar la fe de la Iglesia para fortalecerla, para renovar la oración; el Espíritu Santo está renovando la evangelización y nos está dando carismas que son dones ministeriales, dones para servir, y dones que acompañan de una manera maravillosa a la evangelización. Poco a poco fuí conociendo mejor la renovación, regresé a Santo Domingo un año después, habiendo estudiado la renovación carismática en Canadá y en Estados Unidos, después de haber participado en muchos retiros sacerdotales, y de seglares sobre la renovación, congresos etc. Regresé con el deseo de trabajar en esta línea pastoral de la Renovación, regresé el mes de Julio del 1974, ya había pasado un año en Canadá. me nombraron párroco en una parroquia, donde comencé un grupo de oración, cada semana hacíamos una oración por los enfermos al final de la asamblea, y cada vez el Señor sanaba algún enfermo.
Son signos donde Dios manifiesta su compasión, su poder, dice el Señor: Manifestaré mi santidad ante las naciones y verán que soy tu Dios , y es verdad que se está manifestando a través de muchos signos, signos de conversión, de liberación, de sanación física, de sanación interior, signos maravillosos para edificar la cmmunidad.
Yo pensaba regresando a Santo Domingo, que los sacerdotes iban a decir: “si el Padre Tardif aceptó la renovación carismática tiene que ser una cosa seria , porque antes de ser carismático era un hombre serio, era provincial de mi congregación, y los tres últimos años era presidente de la conferencia religiosa en el país, entonces me tenía por un hombre serio, pero al llegar me di cuenta de que no se pueden convencer lo sacerdotes tan fácilmente.
Algunos comenzaron a sospechar de mí, oían decir que había sanaciones en mi parroquia y uno fue a ver que pasaba, puesto que cada semana pasaba una multitud de gente que venían de fuera con coches y autobuses para la oración, y se llenaba la iglesia. Un sacerdote vecino se coló entre la multitud para ver lo que pasaba y asistió a la asamblea, al final yo hice una oración por los enfermos y terminé orando y cantando en lenguas, cuando el sacerdote salió de allí, salió diciendo: “El padre Emiliano sanó de la tuberculosis de los pulmones, pero enfermó de la cabeza . Entonces me dí cuenta que a los sacerdotes no se les puede convencer discutiendo, lo que les convence son los testimonios de vida que cambia a las personas, son los frutos de la renovación.
En América latina por ejemplo, vemos muchos obispos y sacerdotes que animan la renovación, tuvimos un retiro especial para obispos en Colombia, donde asistieron 119 obispos de América latina, y estuvieron toda una semana, cuando vieron exactamente lo que se vive en la renovación, dijeron: El año próximo queremos que nos den, un retiro de iniciación un seminario de vida en el Espíritu para nosotros también pedir, esa efusión del Espíritu Santo,ese bautismo en el Espíritu Santo. porque es una gracia actual para todos.
Es una gracia actual de renovación espiritual que vive la iglesia, y es para obispos, para sacerdotes, para religiosas, para seglares, es para todos los bautizados, una gracia actual en la cual el Espíritu Santo viene a renovar en nosotros las gracias sacramentales del bautismo, de la confirmación. Es una gracia actual a través de la cual el Espíritu santo nos da un gusto nuevo por la oración, nos renueva en nuestra vocación de bautizados, por eso los obispos han pedido el bautismo en el Espíritu Santo, que es para todos, no es un sacramento nuevo, es una renovación de toda nuestra vida cristiana.
Nos reunimos una semana en el Vaticano los miembros del ICRO y tuvimos un encuentro con el Papa Juan Pablo II, el ICRO es el Consejo Internacional de la Renovación Carismática, y somos veinte los que lo formamos.
El Papa nos decía: Con ustedes le doy las gracias a Dios en este vigésimo quinto aniversario de la Renovación Carismática en la Iglesia Católica, y le doy las gracias por los muchos frutos que el Espíritu Santo ha producido en la Iglesia católica, a través de esta Renovación Carismática.
Nosotros también damos gracias a Dios por estos frutos abundantes que renuevan nuestra fe, nos da un gusto nuevo en la oración y multiplica los grupos de oración, miles y miles de grupos de oración en el mundo entero, donde muchos de los hombres de hoy habían descuidado su vida de oración y vuelven a descubrir la importancia de esta y el gran poder que tiene.
Estos frutos y carismas del Espíritu Santo nos ayudan a servir mejor a la Iglesia, a servir mejor la comunidad, a ser auténticos testigos de Jesús resucitado.
Termina el padre Tardif dando gracias a Dios con esta Oración: Señor te damos gracias por renovar en estos tiempos las maravillas del Pentecostés, por manifestar tu santidad entre las naciones, para que todos sepan que Tú eres Dios; gracias Jesús por el don de tu Espíritu santo, que viene a renovar la Iglesia, que viene a renovar nuestra vida cristiana.
Virgen María tú eres la esposa de Espíritu Santo, ruega por nosotros pecadores para que seamos siempre fieles a la moción del Espíritu Santo en nuestra vida, para que no apaguemos el Espíritu en nuestros corazones; consíguenos Virgen Santísima la fuerza de vivir siempre en la luz, caminando como hijos de la luz, caminando en el Espíritu de Jesús. Amén.
del libro: La Renovación Carismática "Un Pentecostés Hoy"
Indice
• Presentación
• Documento Estatutos del Servicio Internacional de la Renovacion Carismática Catolica (ICCRS)
o La Renovación Carismática
o Consejo y Servicio Internacional
• Comentarios
o Que no es la Renovación Carismática
o Que es la Renovación Carismática
o Renovacion Carismática Catolica
Renovacion Pentecostal Católica
Presentación
1. Desde hace ya varios años, la Oficina Internacional de la Renovación Carismática Católica (ICCRO) venía sintiendo la necesidad de solicitar de la Santa Sede un "reconocimiento pontificio".
Después de un lento y riguroso trabajo, realizado por miembros de ICCRO y avalado con el apoyo de algunos Obispos y Cardenales, fueron presentados a la Santa Sede los "Estatutos de ICCRO".
Dichos Estatutos fueron examinados por varios canonistas y teólogos del Vaticano; y, después de haber incorporado las debidas observaciones, fueron aprobados el 8 de julio de 1993, con el título: "ESTATUTOS DEL SERVICIO INTERNACIONAL DE LA RENOVAClON CARISMATICA CATOLICA".
Finalmente, el 14 de septiembre de 1993, en la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, la Santa Sede, a través del Pontificio Consejo para los Laicos, emanó un "Decreto" reconociendo a ICCRS (International Catholic Charismatic Renewal Services) como "un cuerpo para la promoción de la Renovación Carismática Católica, con una personalidad jurídica", según el Canon 116 del Código de Derecho Canónico (Pontificium Consilium pro Laicis. 1565/93 AIC-73).
2. Los Estatutos del Servicio Internacional de la Renovación Carismática Católica (ICCRS) están precedidos por un importante Preámbulo, dividido en dos secciones.
a) En la primera sección, el Preámbulo dice lo que no es la RCC, describe luego lo que ella es, y en tercer lugar enumera la "experiencia fundamental" y los "cinco objetivos centrales de la Renovacion Carismática", llamada también "Renovación Pentecostal Católica
b) En la segunda sección se describe la naturaleza, metas objetivos propios de ICCRS.
A continuación reproduciremos el texto completo de este preámbulo. Sin embargo, para la Renovación carismática a nivel intemacional es de particular interés la primera sección del Preámbulo, pues allí se manifiesta claramente lo que para la Santa Sede es y significa la Renovación Carismática en la Iglesia Católica.
A esta primera sección del Preámbulo de los Estatutos de ICCRS queremos dedicar algunos Comentarios.
DOCUMENTO
ESTATUTOS
DEL SERVICIO INTERNACIONAL
DE LA RENOVACTON CARISMATICA CATOLICA
(ICCRS)
1
LA RENOVACION CARISMATICA
1. La RENOVAClON CARISMA TICA CATOLICA es un movimiento mundial, pero no uniforme, ni unificado. No tiene un fundador particular, ni un grupo de fundadores como muchos otros movimientos. No tiene listas de miembros participantes.
II. La Renovación es una reunión muy diversa de individuos, grupos y actividades, con frecuencia del todo independientes unos de otros, en diferentes grados y modos de desarrollo y con diversos énfasis; y sin embargo participan de la misma experiencia fundamental y persiguen los mismos objetivos generales.
Este modelo de relaciones sumamente flexibles se encuentra a nivel diocesano y nacional, como también a nivel internacional. Tales relaciones se caracterizan muy frecuentemente por su libertad de asociación, diálogo y colaboración, más que por su integración o por una estructura orgaiiizada.
El liderazgo se caracteriza más que como gobierno, como un ofrecimiento de servicio para aquellos que lo desean.
III. Los objetivos centrales de la Renovación carismática católica o Renovación Pentecostal católica. como también se la llama, consisten en:
• I o Promover una conversión personal, madura y continua, a Jesu-Cristo, nuestro Señor y Salvador.
2 o Propiciar una apertura decisiva hacia la persona del Espíritu Santo, su presencia y su poder.
Con frecuencia estas dos gracias espirituales se experimentan a la vez en lo que se llama, en diferentes partes del mundo,
• "Un bautismo en el Espíritu Santo",
o "un dejar actuar libremente al Espíritu Santo",
o "una renovación del Espíritu Santo".
Ordinariamente por ello se entiende una aceptación personal de las gracias de la iniciación cristiana y un recibir fuerza para poder realizar el propio servicio personal en la Iglesia y en el mundo.
• 3 o Fomentar la recepción y el uso de los dones espirituales (ca risinas), no solamente en la Renovación carismática sino tambi en la Iglesia entera. Estos dones, ordinarios y extraordinarios, se encuentran abundantemente en laicos, religiosos y clerigos. Su justa comprensión y uso correcto, en armonía con otros elementos de vida de la Iglesia, son una fuente de fuerza para los cristianos en camino hacia la santidad y en el cumplimiento de su misión.
4 o Animar la obra de evangelización en el poder del Espíritu Santo, incluyendo la evangelización de quienes no pertenecen a Iglesia, la re-evangelización de cristianos de nombre, evangelización de la cultura y de las estructuras sociales. La Renovación promueve especialmente la participación en la misión de Iglesia, proclamando el evangelio con palabras y obras, y dando testimonio de Jesu-Cristo mediante la vida personal y aquellas obras de fe y justicia a las que cada uno está llamado.
5 o Impulsar el crecimiento progresivo en santidad, a través de la correcta integración de estos dones carismáticos con la vida plena de la Iglesia. Esto se realiza mediante la participación en una rica vida sacramental y litúrgica, el aprecio por la tradición de la oración y espiritualidad católicas, la progresiva formación en la doctrina católica guiada por el Magisterio de la Iglesia, y la participación en el plan pastoral de la Iglesia.
Los objetivos y los proyectos que de allí dimanan han marcado a la Renovación carismática católica en los individuos, los grupos de oración, las comunidades, los equipos de servicio locales, diocesanos y nacionales, y los ministerios.
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CONSEJO Y SERVICIO INTERNACIONAL
Para responder a las necesidades de comunicación, cooperación y coordinación, fue necesario crear en 1978 un Consejo y una Oficina internacionales bajo la dirección del Cardenal Leon Joseph Suenens, quien fue nombrado por el Papa Pablo VI Asistente Episcopal para la Renovación a nivel internacional. El Consejo se constituyó con líderes de todo el mundo y la Oficina se estableció primero en Bruselas y más tarde en Roma. El 23 de mayo de 1984 el Papa Juan Pablo II nombró al Obispo Paul J. Cordes su representante ante el Consejo y sucesor del Card. Suenens.
Desde 1978 el Consejo ha desarrollado una actividad internacional que realiza un doble servicio: por un lado promueve la comunicación y la cooperación entre los organismos de la Renovación a nivel nacional, y por otro sirve de canal de comunicación y cooperación entre la Renovación Internacional y la Santa Sede. Esta organización debe conocerse como ICCRS, "Servicio Internacional de la Renovación Carismática Católica".
ICCRS es una organización que busca impulsar la Renovación Carismática en la Iglesia Católica a nivel mundial. Esta institución está formada por un Consejo Internacional que comparte y establece las características fundamentales, objetivos y proyectos, a través de una Oficina localizada en Roma, responsable de llevar a cabo las decisiones del Consejo.
Para lograr la realización de sus objetivos y proyectos, ICCRS ofrece a la Renovación mundial ayuda y servicio. La sabiduría, conocimiento profundo y experiencias que ICCRS obtiene de todo el mundo, las pone a disposición de la Renovación mundial. Cuando ICCRS ofrece enseñanza, servicio pastoral, dirección o entrenamiento local, lo hace como un servidor que ofrece ayuda, no como una autoridad que espera obediencia.
ICCRS, en su relación con grupos nacionales o locales de Renovación Carismática desea subrayar que su cometido es servicio. Tiene, por tanto, una autoridad de servicio y cierta autoridad moral. ICCRS no busca imponer su autoridad sino ofrecer servicios.
La relación entre ICCRS y las expresiones nacionales o locales de la Renovación, de ninguna manera limita la relación entre grupos de la Renovación con sus obispos locales o nacionales. La relación con ICCRS de ninguna manera limita la libertad individual o de grupos de la Renovación para relacionarse con la Santa Sede.
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COMENTARIOS
I
QUE NO ES LA RENOVACION CARISMATICA
"La Renovación Carismática Católica es un movimiento mundial, pero no uniforme, ni unificado. No tiene un fundador particular, ni un grupo de fundadores como muchos otros movimientos. No tiene listas de miembros participantes".
REFLEXIONES
El Documento de ICCRS afirma desde luego que la Renovación Carismática es un "Movimiento mundial". En efecto, a partir del año 1967, la Renovación, llamada aquí "movimiento", en cuanto que es un grupo religioso social indentificable, se ha propagado como fuego sobre paja, llegando a los cinco continentes.
Se la encuentra en los rincones más apartados de la tierra, ya se trate del oriente como del occidente, del norte como del sur. En Ushuaia, por ejemplo, que es la ciudad más austral del globo terrestre, en la isla Tierra del Fuego, en Argentina, se encuentra una pequeña comunidad de Renovación carismática.
En el saludo que el Señor Charles Whitehead, presidente de ICCRS, dirigió al Santo Padre en septiembre de 1993, aludía a la existencia de la Renovación Carismática en unos 125 países, con un total aproximado de sesenta millones de participantes.
Después de afirmar la extensión mundial de la Renovación, el Documento expone en tres proposiciones lo que no es la Renovación Carismática:
- No es un movimiento uniforme, ni unificado.
- No tiene fundador, ni grupo de fundadores.
- No tiene listas de miembros participantes.
En efecto, la Renovación Carismática, teniendo un núcleo común en todas partes, sin embargo presenta numerosas fisonomías; y en esa forma. no se puede hablar de "un único y unificado movimiento mundíal" ("Is not a single, unified worldwide movement").
No tiene ni fundador, ni grupo de fundadores como otros movimientos, pues fue el Espíritu Santo quien la hizo nacer en la Iglesia de una manera espontánea, en el deseo y en la expectativa de una experiencia de Pentecostés, por los años 1966-1967, en Pittsburgh (Pennsylvania), USA.
Siguiendo esa misma línea, la Renovación Carismática se infiltra de ordinario insensiblemente a través de una o varias personas que, habiendo tenido contacto con la Renovación en algún sitio y en tal o cual ocasión, cuentan a algunas personas la experiencia tenida.
Después de una primera comunicación informal de esa experiencia, se forma de pronto un grupo de oración que con frecuencia crece rápidamente, dando origen a una comunidad de Renovación, en la que van apareciendo, -muchas veces más allá de las propias expectativas- carismas del Espíritu Santo.
Esta forma tan flexible como nacen los grupos de Renovación explica fácilmente y hace comprender que no es posible tener listas exactas de miembros participantes.
La Renovación Carismática, pues, se extiende y penetra como el agua o el áceite. con gran pluralismo de expresiones. En resumen, la Renovación desde sus principios ha crecido, se ha extendido y se ha desarrollado, gracias a la acción discreta pero soberana del Espíritu Santo.
Su Santidad Juan Pablo II decía a los participantes de la Sexta Asamblea Internacional de la Renovación Carismática, el 5 de mayo de 1987:
• "El vigor y los frutos de la Renovación ciertamente dan testimonio de la presencia poderosa del Espíritu Santo en la Iglesia durante estos años que han seguido al Concilio Vaticano II. Por supuesto que el Espíritu Santo ha guiado a la Iglesia en toda época, distribuyendo una gran variedad de dones entre los fieles. Gracias al Espíritu, la Iglesia conserva constantemente su juventud y su vitalidad. Y la Renovación Carismática es una manifestación elocuente de esa vitalidad hoy, una afirmación vigorosa de lo que "el Espíritu está diciendo a las Iglesias" (Ap 2,7), mientras nos acercamos al final del segundo milenio".
La Renovación tampoco tiene un centro de gobierno, ya sea internacional o nacional. La Renovación nace en la Iglesia y de la Iglesia; por tanto, su pertenencia natural es a la parroquia y a la diócesis. En consecuencia, la Renovación debe entrar en la organización del plan pastoral parroquial y diocesano, y colaborar en la pastoral de conjunto con el ejercicio de los propios carismas que Dios le ha otorgado
De aquí brota, por otra parte. la necesidad urgente de que los obispos y los sacerdotes asuman una verdadera responsabilidad de pastoreo en la Renovación Carismática. Es cierto que no ha dependido de ellos la aparición de esos grupos, pero quien los ha suscitado en la Iglesia es el mismo Espíritu Santo que los ha puesto a ellos para conducirla y pastorearía.
Es también verdad que la Renovación, a causa de la manifestación de algunos carismas inesperados, de sus formas externas de oración espontánea y comunitaria, de sus particulares experiencias de Dios, frecuentemente desconciertan a los responsables de la Iglesia, y éstos sienten el deseo de controlar o inclusive de apagar ese fuego. Sin embargo, el Santo Padre Juan Pablo II ha hablado con frecuencia del insustituible papel que en la Renovación Carismática compete a los obispos y sacerdotes (A los Líderes de la Renovación, 7 de mayo de 1981).
La Renovación espera de ellos su conducción pastoral, traducida en orientaciones seguras, impulsos positivos, e inclusive amonestaciones fraternas cuando fuere necesario; espera la comunicación de la doctrina de la fe en la Escritura y en el Magisterio de la Iglesia; y espera sus servicios insustituibles en la vida litúrgica y sacramental, particularmente para la celebración de la Eucaristía y de la Reconciliación.
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II
QUE ES LA RENOVACION CARISMATICA
"La Renovación es una reunión muy diversa de individuos, grupos y actividades, con frecuencia del todo independientes unos de otros, en diferentes grados y modos de desarrollo y con diversos énfasis; y, sin embargo, participan de la misma experiencia fundamental y persiguen los mismos objetivos generales".
"Este modelo de relaciones sumamente flexibles se encuentra a nivel diocesano y nacional, como también a nivel internacional. Tales relaciones se caracterizan muy frecuentemente por su libertad de asociación, diálogo y colaboración, más que por su integración o por una estructura organizada".
"El liderazgo se caracteriza más que como gobierno, como un ofrecimiento de servicio para aquellos que lo desean".
REFLEXIONES
1. La Renovación nació al impulso soberano del Espíritu Santo que le dio vida. No teniendo ni fundador ni fundadores, la Renovación en el Espíritu no se rige por determinados estatutos únicos, de valor común y universal. Los grupos de Renovación nacen en la Iglesia y de la Iglesia, y brotan por todas partes con tal espontaneidad que causan, a los ojos de una fe iluminada, una sorprendente admiración, que a veces llega a cierto desconcierto.
2. Esto explica que exista una múltiple diversidad de individuos y de grupos, con mucha frecuencia independientes unos de otros. Como consecuencia normal. el crecimiento y el desarrollo de los mismos no es homogeneo, ni puede serlo. Además, en los diferentes grupos se pueden fácilmente detectar diversos acentos y características, lo mismo que inclinación a variadas actividades
3. Los grupos de Renovación se relacionan entre sí, no tanto por una integración y estructura organizada, -que llegaría en algunos casos a ser hasta nociva, pues se correría el peligro de apagar auténticas iniciativas suscitadas por el Espíritu-; sino por una amplia libertad de asociación, diálogo, amistad y colaboración mutua, reconociéndose, sin embargo, hermanos en el espíritu por la participación "en una misma experiencia fundamental y en unos mismos objetivos generales"
4. Esta gran diversidad se da en todos los niveles: internacional, nacional y diocesano. De aquí se desprende una interesante complejidad en los grupos de Renovación, que puede ser a la vez fuente de riqueza o causa de rivalidades peligrosas. Hay que ser muy conscientes de este fenómeno a fin de buscar y encontrar los senderos adecuados para caminar en la unidad y en la diversidad, siguiendo mociones del Espíritu.
5. Es un hecho claro y evidente que de laRenovación Carismática han brotado y seguirán brotando innumerables iniciativas de vida y acción apostólica, a veces con una pujanza muy notable. Cada uno siente que su proyecto se debe a una verdadera inspiración del Espíritu de Dios. Por nuestra parte creemos que en numerosos casos eso es una gran realidad.
Lo que urge en estas circunstancias es una doble comprensión:
• l o Que los responsables de la Renovación -a nivel nacional, diocesano o parroquial- sean conscientes de que el Espíritu Santo tiene libertad de hacer surgir las obras que a él le plazca. En esa forma cuando aparezcan nuevos grupos con características e iniciativas propias, no se sentirán inquietos como si grupos de personas se les escaparan de las manos. Por otra parte, estos grupos no es bueno que vivan aislados, sino que deben recurrir a la autoridad del Obispo del lugar para darse a conocer y presentar su identidad.
2 o Que las nuevas agrupaciones no olviden que de una u otra forma nacieron de la Renovación; que no pierdan lo específico que Dios ha dado a la Renovación, como es el vivir un nuevo Pentecostés, recibiendo "un bautismo en el Espíritu Santo"; y que mantengan una cierta relación fundamental que los lleve a comunicarse y a compartir como hermanos con los demás miembros de la Renovación, mostrando esa comunión de origen, por ejemplo, mediante la asistencia a ciertos eventos generales de la gran familia renovada.
Todo este conjunto de realidades diversas van formando un reto y desafío pastoral en la nación, en la diócesis, en las parroquias. El obispo y los sacerdotes, como ya lo hemos dicho, por su carisma singular, son insustituibles en la Iglesia. Por tanto, deben tener una enorme capacidad de comprensión para descubrir, captar y acoger las iniciativas del Espíritu Santo.
6. Finalmente, el Documento subraya que en la Renovación Carismática el liderazgo debe caracterizarse más como un ofrecimiento de servicio, que como un ejercicio de gobierno y de poder. Esta cláusula es sumamente importante, pues encierra un espíritu evangélico de primera calidad, que da un parecido al servicio prestado por Jesús, el cual no vino a ser servido, sino a servir; y no a ser señor, sino siervo y esclavo de todos (cf Mc 10, 42-45; Jn 13,13-15).
A este propósito hay que ser honestos y mencionar un escollo en el que fácilmente los líderes de la Renovación pueden caer a menudo o de hecho han caído, y es "el perpetuarse en los cargos". Esta especie de plaga, de ambición de poder o de engreimiento en el mismo, tiene como consecuencia que los grupos vayan perdiendo lentamente su fuego, su capacidad de iniciativa y de búsqueda, su ardor, su aire de juventud, su vida, dominados consciente o inconscientemente por el cansancio y el statu quo en que poco a poco se van situando los dirigentes. Tal vez el primer remedio a este mal es fijar y respetar, mediante estatutos claros y precisos, los tiempos normales de cambio en los ministerios de cada comunidad carismática.
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III
RENOVACION CARISMATICA CATOLICA
RENOVACION PENTECOSTAL CATOLICA
En el Documento del Pontificio Consejo para los Laicos a la Renovación Carismática se le llama también "Renovación Pentecostal Católica".
El título "Renovación Pentecostal Católica" es muy sugestivo y de gran significación, pues responde a los deseos profundos de quienes estuvieron en los orígenes de la propia Renovación Carismática. En efecto, ésta nació del anhelo y la esperanza de que el Señor realizara en nuestros días, en vista de la renovación profunda de su Iglesia, lo que sucedió en el primer Pentecostés. En otras palabras, la Renovación surgió de la expectativa de un Pentecostés actual. Por eso, la Renovación se puede definir en forma sintética como "Un Pentecostés hoy".
La Iglesia necesita, en palabras de S.S. Juan XXIII, "un como nuevo Pentecostés". Según el pensamiento de S.S. Pablo VI, la gran necesidad de la Iglesia de hoy es el Espíritu Santo; la Iglesia necesita su "perenne Pentecostés". Y S.S. Juan Pablo II ha expresado recientemente el mismo deseo y el mismo anhelo: la necesidad de "un nuevo Pentecostés" para el mundo, en los umbrales del siglo XXI.
Siendo así, la Renovación Carismática aparece como una respuesta, entre muchas otras, a las plegarias de la Iglesia que quiere renovarse bajo la acción poderosa del Espíritu Santo.
Pero de inmediato y espontáneamente surge una pregunta: Y, ¿qué fue Pentecostés? ¿En qué consistió la gracia de esa primera efusión de Espíritu Santo? Y ¿qué hacer para que lo que sucedió entonces pueda también acontecer hoy?
Pentecostés fue, ante todo, "el bautismo en el Espíritu Santo, el bautismo en el fuego del Espíritu", que Jesús había prometido a sus Apóstoles el día en que subió a su Padre: "Seréis bautizados en el Espíritu Santo... Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos... hasta los confines de la tierra" (Hch 1.5.8; cf Lc 3,16).
Este "bautismo en el Espíritu Santo" a los Apóstoles consistió, ante todo, en recibir la persona misma del Espíritu divino, como un regalo del Padre a través de Cristo glorificado. Fue el Don del Espíritu Santo.
Pero también consistió en recibir de ese mismo Espíritu, presente ya en el corazón de los discípulos, innumerables gracias y dones. Pentecostés fue así no solamente una gran gracia, sino un conjunto de gracias, dones y carismas del Espíritu Santo.
De entre ellas recordemos principalmente ocho:
• 1a El don del mismo Espíritu Santo, la Promesa del Padre.
2a Un encuentro vivo y palpitante con Cristo glorificado.
3a Una profunda transformación interior en los Apóstoles.
4a Una efusión de numerosos carismas para construir la Iglesia.
5a Una nueva lectura y comprensión profunda de las Escrituras.
6a El descubrimiento de los sacramentos de la Iniciación cristiana.
7a El nacimiento de la Iglesia en torno a María, la Madre de Jesús.
8a El anhelo evangelizador para dar a conocer a Jesús a todo el mundo.
Estas gracias tienen que actualizarse en los miembros de la "Renovación Carismática" para que ésta cumpla su misión en el mundo y en la Iglesia y sea verdaderamente una realidad eficaz y operante, una auténtica "Renovación Pentecostal".
Ahora bien, las gracias de Pentecostés fueron y son para toda la Iglesia; para la Iglesia de todos los tiempos; para la Iglesia de nuestros días; para mi Iglesia particular; ¡para mí, que soy Iglesia! Nadie tiene el monopolio de Pentecostés, ni del Espíritu Santo.
Por tanto, la Renovación Carismática no debe encerrarse en sí misma, sino que tiene que abrirse en fecunda acción apostólica. La Renovación no intenta comunicar ni riquezas propias, ni una espiritualidad particular exclusiva: Su misión es despertar en sus propios miembros, pero también en todos los demás grupos de la Iglesia, la conciencia de la necesidad urgente de un nuevo Pentecostés, y suscitar el dleseo de "un bautismo en el Espititu Santo" para el mundo entero.
LA RENOVACION CARISMATICA
La Renovación Carismática Católica (ERC) es un movimiento eclesial reconocido por la Santa Sede. Nace de la experiencia de la acción del Espíritu Santo, de una actualización de la experiencia de Pentecostés. Aviva la conciencia de todo lo que Jesús nos reveló y evoca una respuesta entusiasta para vivir la fe de la Iglesia.
La Renovación Carismática es una corriente de gracia que ha tocado transversalmente las Iglesias cristianas (católica, ortodoxa, protestante) ver:Pentecostalismo. Incluye a cerca de 600 millones de cristianos en todo el mundo.
Surgió entre los católicos en 1966 cuando unos pocos estudiantes de la Universidad de Duquesne (Pittsburgh, Pennsylvania – Estados Unidos), durante un retiro meditaron sobre la experiencia de Pentecostés en los Hechos de los Apóstoles. Entonces oraron para ocurra lo mismo entre ellos. Experimentaron la efusión del Espíritu Santo y la manifestación de dones carismáticos. La experiencia pronto se propagó por el mundo entero. Más de 120 millones de católicos participan de la espiritualidad de la RCC actualmente.
¿Que dice la iglesia?
La autoridad suprema para discernir la autenticidad de un movimiento en la Iglesia pertenece al Papa. Todos los Papas han apoyado públicamente a la renovación carismática desde su comienzo.
La Renovación Carismática, como otros movimientos reconocidos de la Iglesia Católica, está bajo la autoridad del Pontificio Consejo para los Laicos, el dicasterio de la Curia romana al servicio de los fieles laicos que tiene la responsabilidad de discernir la autenticidad de todos los movimientos. Dicho Consejo reconoce y apoya a la RCC. Esta cuenta con los servicios de una oficina internacional en Roma (ICCRS)– International Catholic Charismatic Renewal Services.
La primera conferencia de la Renovación en Roma fue en mayo de 1975. S.S. Pablo VI, el 19 de mayo de ese año exhortó a los participantes a continuar sus esfuerzos de renovación y a continuar fieles a la Iglesia:
"Este deseo auténtico de situaros en la Iglesia es un singo auténtico de la acción del Espíritu Santo... ¿Como no va a ser esta "renovación espiritual" una oportunidad para la Iglesia y el mundo? Y como, en ese caso no tomar todos los medios para asegurar que permanezca de este modo..."
El Papa también concedió al Cardenal Suenens, su delegado ante la Renovación Carismática, celebrar misa en el altar mayor de San Pedro, lo cual es un signo extraordinario de respaldo. Leer profecía recibida en aquella ocasión